El viernes pasado fui a un concierto de “Jon Brion” en un mítico nightclub de Los Ángeles: “Largo”. Había escuchado su música en bandas sonoras de películas como “Olvídate de mí”, “Punch drunk love”, “Magnolia”… y la más reciente “El alucinante mundo de Norman”.
Existen músicos creativos, algunos capaces de tocar varios instrumentos, otros que te emocionan… algunos cantan, otros tocan, algunos componen, otros interpretan, algunos experimentan… pero ver todo lo que hace este músico, compositor, cantautor, instrumentista múltiple en directo: no se puede explicar con palabras.
El “gran Jon Brion” es capaz de emocionarte desde el minuto uno con tan sólo tocar al piano la conocida melodía de “Theme”. De hacerte pasar de la desolación más melancólica a la risa más histriónica. De sorprenderte de la forma más creativa a convertir todo lo que toca en magia. Porque mezclar con sintetizadores el sonido de proyecciones antiguas (negritos con sombrero tocando bongos y maracas, mientras un director dirige a la orquesta más clásica, y unos músicos tocan el sitar en la India), acompañarlos al piano cantando “More than this” de Roxy Music y que suene bien, sólo puede hacerlo un “músico mago”… y él lo hace con sutil elegancia.
Se sienta, toca el piano, se levanta, enchufa el proyector, coge la guitarra, se vuelve a sentar… revisa sus notas aparentemente desordenadas, sabiendo dónde quiere llegar. Disfruta con el proceso y tú también.
Puede conseguir que una canción de los “Beach Boys” cantada entre todos y acompañada al piano, suene casi mejor que la original, porque empatiza con el público hasta transformar el escenario y el patio de butacas en el salón de su casa.
Un concierto suyo es como una reunión de amigos recordando viejos temas y descubriendo otros nuevos, en una de esas mágicas noches que no quieres que se acabe…
Cuando “el genio” terminó de actuar, le estreché la mano, felicitándolo. Su humilde respuesta fue: “¿Disfrutaste? Entonces he hecho un buen trabajo.
Aquella noche, la ciudad de los sueños, nos hizo soñar despiertos por unas horas… fue simplemente inolvidable.
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