Es tiempo de otoño. De salir a pasear por la naturaleza, a recargar pilas al bosque. Pasear entre árboles oxigena el cuerpo y la mente, levanta el ánimo, alivia la fatiga, estimula la creatividad y favorece la meditación. Además, es el mayor antiestresante que existe.
No hay nada más reconfortante que sumergirte en el bosque con los cinco sentidos. Observar los bellos colores del otoño, los ocres y amarillos de las hojas, el sol anaranjado del atardecer. Escuchar el sonido de los pájaros, la brisa del viento y los animales jugando al escondite. Oler la tierra mojada, la madera de los troncos, el humo de alguna chimenea lejana. Tocar la suavidad del musgo o la áspera corteza de los árboles. Saborear con la imaginación esas setas recién cogidas…
Pasamos la mayoría de nuestro tiempo en espacios interiores de ciudades cada vez más pobladas y ruidosas. Cuando estamos bajo techo, solemos usar solo dos sentidos: la vista y el oído. Un estudio de la Ofcom (organismo regulador de las comunicaciones), demuestra que en el Reino Unido la gente pasa una media de 8 horas y 41 minutos pegada a sus aparatos electrónicos. No sólo trabajando o enviando emails, también consultando el teléfono móvil, compartiendo noticias en redes sociales… Pero dicen los expertos que estar conectados a la tecnología constantemente puede generar no sólo fatiga mental, ocular y cervical… También irritación, frustración, insomnio, adición, depresión, ansiedad y estrés. Y todas las enfermedades que derivan de ahí.
A veces necesitamos desconectar de la tecnología, porque formamos parte de la naturaleza. Paseando por el bosque con los cinco sentidos, podemos sincronizar nuestros ritmos con los del mundo natural y experimentar todos los beneficios que éste nos ofrece. Octubre es un buen momento para reconectar con la naturaleza y con nosotros mismos.
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