Uno de las experiencias más especiales que tengo de California fue cuando descubrí el desierto de Joshua Tree. Conducía con las ventanillas bajadas, escuchando a todo volumen “Where the streets have no name”. Hacía años que no la oía, pero sentí el mismo subidón de adrenalina, libertad, emoción y energía que la primera vez que lo hice.
Ayer volví a experimentar lo mismo, emocionada por poder asistir al concierto de U2, al homenaje de aquel maravilloso disco, 30 años después y en California. El Rose Bowl de Pasadena ya estaba entregado desde la primera canción (contundentes “Sunday Bloody Sunday” y “Pride in the name of love”). El mensaje estaba claro: No más guerras, Paz y Amor. Pero el arranque fue impresionante. Un emblemático árbol de Joshua, surgió enorme, en mitad del escenario, cambiando de color, mientras sonaban los acordes del primer tema del disco.
Al fondo, una carretera desértica en blanco y negro y delante, pequeñitos, Bono, The Edge, Adam Clayton y Larry Mullen. Sonaban igual que entonces, con fuerza, constantes, independientes pero compenetrados, dejando ver que tras el gran despliegue de luces y sonido, se escondían muchas horas de ensayo y millas recorridas, pero las mismas inquietudes, la misma HONESTIDAD… 30 años después, en California.
Apoyados por un montaje audiovisual más cercano al arte que a la publicidad, la banda tocaba uno tras otro los éxitos del Joshua Tree, a cuál mejores, mientras dialogaba con imágenes de América, de sus paisajes y sus gentes… Increíble el directo de “Bullet the blue sky”, “In God´s country” y “Exit”.
En imágenes, una chica pintaba a brochazos banderas americanas en una casa humilde en mitad de la nada, mientras ellos observaban la delicadeza de los trazos de sus blancas estrellas, que más que de una bandera, parecían formar parte de un cielo soñado e infinito…
De nuevo esa imagen de Amor-Odio que provoca la Gran América cuando te adentras en sus profundidades.
Su poder para arrastrar al mundo hacia al abismo o para hacer que se cumplan por lo menos, algunos de sus sueños. Refugiados, Syria, Jordán, imágenes mezcladas con mensajes… El poder de las personas es más fuerte que las personas en el poder y las mujeres, el motor para lograrlo. www.one.org/us/take-action/poverty–is–sexist/.
La música sigue moviendo al mundo y a las personas, por dentro y por fuera… pero hay cosas que nunca cambian, que siguen ahí y el espíritu del Joshua tree, sigue vivo en nuestros corazones, 30 años después, en California. Os dejo con el arranque del concierto del Rose Bowl.
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