“NACE” visibiliza el papel de la mujer ceramista

Estos días se celebra en La Rioja la XIV Edición de la Feria Nacional de Alfarería y Cerámica de Navarrete (NACE). Su objetivo es visibilizar el papel de la mujer como creadora y autora ceramista. A los 33 puestos de alfareros procedentes de toda España, se unen las artistas participantes en la exposición “Creadoras” y las 27 obras, con una notable presencia femenina, en la muestra de las piezas finalistas del concurso “Pieza única: de lo invisible a lo visible”. 

“NACE es uno de los eventos más especiales del año en La Rioja y cuenta con una novedad muy importante este año, y es que se pronuncia en femenino”, explicó hace unos días en rueda de prensa el consejero de Educación, Cultura, Deporte y Juventud del Gobierno de La Rioja, Pedro Uruñuela.

La alcaldesa de Navarrete, Marisa Corzana, de familia de tradición alfarera, subrayó la intención de NACE de visibilizar el papel de la mujer como creadora en este sector.

“NACE está viva y es consciente de los cambios en la sociedad y también en la cerámica», informó la concejala de Cultura del Ayuntamiento navarretano, Emilia Fernández, mientras anunció la presencia de mujeres de reconocido prestigio en las exposiciones, homenajes, conferencias, workshops, conciertos y eventos gastronómicos.

“Creadoras”

En la sala Ramón Zaldívar, la exposición “Creadoras”, muestra piezas de alfares tradicionales y cerámica contemporánea. Este año, por primera vez, una mujer de Navarrete: María Naharro, ha contado con un espacio propio en “Los cacharritos de María”. Todo un avance, si tenemos en cuenta que las mujeres siempre han estado en los alfares domésticos y realizando labores auxiliares.

Cántaro de novia

Curioso este “Cántaro de novia”… Los novios se los entregaban a sus novias en señal de compromiso. El gesto implicaba que la novia pronto dejaría de transportar agua desde la fuente hasta el hogar familiar para empezar a llevarla a la que sería su hogar. Luego formaría parte del ajuar. Pero hay quien ve en este símbolo, más que un regalo, un signo de posesión, que además las novias exhibían con orgullo. Más bien parece un “seguir llevando el agua de la misma fuente a distinta casa”. Por suerte hoy ya no tenemos que ir a la fuente a por agua, aunque gracias a la tradición alfarera, seguimos utilizando los “porrones” y los “botijos”, para refrescarnos del asfixiante calor veraniego.

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Mujeres que Vuelan