La última vez que estuve en la ciudad de México se llamaba “Distrito Federal”. Hoy vuelvo a “Ciudad de México CDMX”. No importa que le cambien el nombre, porque sigue siendo la misma, pero cada vez más evolucionada. El año pasado fue nombrada Capital Mundial del Diseño, por fomentar la cultura, la economía y el arte a través de su entusiasta iconografía. Lo cierto es que siempre resulta una ciudad vibrante y en ebullición. Una ciudad de ángeles y demonios, de derrotas y victorias.
Amo esta ciudad. Por su mitología y sus leyendas, su historia y su cultura, sus artistas, artesanos y rica gastronomía. Por la pasión de sus gentes, su sencillez, su música y su alegría.
Ciudad de contrastes. De pasado en blanco y negro y presente colorista. De murales reivindicativos y grafitis callejeros.
Exuberante en naturaleza, vida y muerte… pero donde siempre triunfa la lucha, el arte, las letras y el Viva la Vida!
México lindo y querido: “Al son que me toquen, bailo”.
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