Hace unos días fuimos al legendario “The Ice House” de Pasadena, uno de los clubs de comedias más antiguos de Los Ángeles. Abierto desde 1960, llevan más de cincuenta años haciendo reír a más de cuatro millones de personas. Por él han pasado comediantes de la talla de Robin Williams, Billy Crystal, Steve Martin o Ellen Degeneres. Un espacio muy agradable en el que poder cenar, celebrar un evento o tomarte una copa, mientras pasas una noche divertida.
En estos tiempos que corren, pensé en lo difícil que tiene que ser ganarse la vida como cómico. Llegar a hacerte visible y tener la capacidad de hacer reír, no sólo actuando, sino haciéndolo en directo, donde las distancias cortas dificultan aún más el tener que disimular cualquier inseguridad, olvido o mal día. Porque para un cómico no vale eso de “un mal día lo tiene cualquiera”, debe de estar ahí, al pie del cañón, para agradar el día a un público exigente que demanda unos minutos de felicidad asegurada.
Hay días en los que todo se vuelve negro y de pronto alguien te da las gracias por existir o porque tu sonrisa le hace el día más feliz. Y no nos damos cuenta, hasta que eso pasa, de lo importante que es no sólo sonreír, sino también hacer reír. De lo importante que es responder a los problemas y a las personas, conocidas o no, con una sonrisa. Porque “una sonrisa en el rostro no significa la ausencia de problemas, sino la habilidad de ser feliz por encima de ellos”. Porque “la paz empieza con una sonrisa”. Porque “nadie es tan pobre para poder regalar una sonrisa, ni tan rico que no la necesite”.
Además son gratis, así que coge una sonrisa y póntela en la cara, aunque sea lunes o la cosa se ponga fea, porque el mundo sonreirá contigo.
Os dejo con la maravillosa canción “When you´re smiling”, versioneada por Leftovercuties, pero que popularizó el gran Louis Armstrong, al que a pesar de su dura vida, nunca le faltó una sonrisa. Para todos los que nunca dejan de sonreír y de hacer reír. Feliz lunes!
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