Buscando “jamón ibérico” desesperadamente

Ya está tardando nuestro cerdo ibérico español en dejarse ver por tierras americanas…

CERDO-ESPAÑOL

Si bien se mostró tímidamente en el restaurante de José Andrés en Washington hace unos años, en su presentación en sociedad a los americanos (cuando tras muchos esfuerzos le concedieron el visado), el rey de la gastronomía española y de la dieta mediterránea no se deja ver por ningún supermercado, ni tan siquiera en la sección gourmet (pero si el prosciutto que, con perdón, no le llega ni a la altura de la pezuña). De los pocos restaurantes que lo sirven, ni hablemos. Su precio es tan elevado que se te puede atragantar. Y si te lo envía tu madre por correo, igual lo detienen antes de llegar a su destino.

GANADORA-TAPA-JAMON

Me alegró saber que, la semana pasada, la estadounidense Paulette Tejada (alumna de la escuela de cocina “Le Cordon Bleu” de Miami), ganó la primera edición del International Tapa Award, con una tapa llamada: “Los andares del pata negra”.

No he tenido la oportunidad de saborearla, pero recrea la montanera del animal con distintos ingredientes: ajoblanco con grasa de ibérico, puré de patata con jamón, tostada de harina de bellota, salteado de hongos, tomate y lonchas de jamón con su grasa y tomillo… Cuenta la historia del cerdo ibérico hasta que se convierte en jamón.

Me pregunto si ¿Se puede comer algo mejor que un plato de jamón, con pan de pueblo y un trago de vino en bota, a la sombra de una encina española?

PLATO-JAMON

Señores americanos, déjense de prohibiciones sanitarias. El pobre cerdito es un poco feo y morenito, pero a nuestro “cochino” ¡nos lo limpian muy bien antes de sacarlo a pasear!. Si deciden “embarcarlo” vigilen su precio, y en todo caso… ¡déjenme llevar en la maleta a este feliz animalito inofensivo!

DEHESA

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