Si visitas Málaga, no puedes dejar de ver la maravillosa Cueva de Nerja, declarada en 2006 Bien de Interés Cultural, no sólo por su belleza, sino también por su interés paleontológico y geomorfológico. En ella se han encontrado, entre otras cosas, pinturas de focas que podrían ser la primera obra de arte conocida de la historia de la humanidad.
El descubrimiento fue todo un acontecimiento histórico, aunque parece sacado de un capítulo de “Los Cinco”, pero muchas veces la realidad supera a la ficción. El 12 de enero de 1959, al anochecer, cinco amigos que solían ir al monte de Maro a coger leña, decidieron cazar murciélagos en un pozo conocido como la Mina. Uno de ellos se percató de una corriente de aire húmedo que procedía de una estrecha hendidura. No pudieron atravesarla porque dos estalactitas se lo impedían, pero volvieron al día siguiente con herramientas para romperlas. Arrastrándose a gatas durante unas dos horas por un estrecho pasadizo, que desde entonces se llama Conducto del Descubrimiento, lograron llegar a la que hoy se conoce como Sala del Ballet. Embriagados por la emoción y el temor y acompañados por los murciélagos, llegaron a la Sala de los Fantasmas. En ella descubrieron que no eran los primeros en entrar en la cueva, ya que encontraron dos esqueletos humanos y varios cuencos de cerámica. El miedo les hizo abandonar aquí su aventura, pero días más tarde regresaron a la gruta, acompañados por dos de sus maestros, quienes difundieron el increíble descubrimiento.
La belleza de la Cueva de Nerja es incuestionable, al igual que su magnitud (una superficie total de 35.484 m² y un volumen de 64.379 m³, aunque sólo una parte está abierta al público). Desde su descubrimiento, se realizan visitas guiadas, eventos y festivales de música y danza, tanto en el interior de la cueva como en los jardines exteriores. Cuando entras en la Sala del Ballet, puedes imaginarte como sería de emocionante asistir a un concierto de música clásica, jazz o flamenco interpretado por las figuras más relevantes del ballet de Moscú, el maestro Paco de Lucía o el bailarín Joaquin Cortés, que han tenido el privilegio de actuar en este escenario único en el mundo.
Gracias a la valentía de “los cinco”, el magnífico descubrimiento de la Cueva de Nerja fue posible. Cuatro de ellos siguen vivos y siguen relatando el hallazgo con emoción y lágrimas en los ojos. No es para menos.
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