Hace un año, una amiga me regaló este Daruma. En la cultura japonesa, estos muñecos de papel maché representan a Bodhidharma, el fundador del Zen. Cuenta la leyenda que el maestro Daruma perdió los brazos y las piernas de estar tantos años escondido en una cueva meditando y sin utilizarlos. (Aquí su historia).
Estos muñecos suelen ser rojos ya que en, la cultura asiática, el rojo es energía y buena salud. Sus cejas tienen forma de grulla y su bigote de caparazón de tortuga, porque ambos animales simbolizan longevidad. Pero lo más característico es que sus ojos están sin pintar.
Su dueño debe pintarle un ojo (normalmente el izquierdo) al pensar en su propósito. Después, colocarlo en un lugar visible, donde resulte un recordatorio y motivación del trabajo que debe realizar para lograr su objetivo. Cuando lo haya cumplido, hay que pintarle el otro ojo. Yo ya lo he hecho y no me puedo sentir más satisfecha y FELIZ.
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