Estos días se celebra la 67 edición del que es sin duda el encuentro más glamouroso del cine: “El Festival de Cannes”.
Marcello Mastroianni observa desde la foto nostálgica del cartel de este año, como van desfilando por la alfombra roja guapas actrices, vestidos espectaculares y joyas carísimas. ¿Qué pensaría si levantara la cabeza? Seguramente, “Me quedo con ésta”:
Porque “La Loren” es mucha Sofía. Ni la más joven, ni la más guapa, ni la más elegante, ni la más delgada, pero sigue teniendo a sus casi 80 años, eso que ni se pone ni se quita, que simplemente, se tiene o no se tiene: “Glamour”.
Fue a Cannes para dar una clase magistral sobre “la magia del séptimo arte”, y ser la musa de su hijo Edoardo Ponti como protagonista de su corto “La voz humana” y demostró ser “la estrella” que más sigue brillando del festival. Y es que pocas despliegan esa dosis de Glamour que debe intuirse en una actriz, para llevar un vestido, un peinado o unas joyas, como lo hacen ellas:
Nicole Kidman es una de ellas, espectacular en la película donde interpreta a Grace Kelly…
Y fantástica en la alfombra roja, por el halo de misterio que transmite envuelta en los tules y pedrería de su vestido azul de Armani.
Naomi Watts, siempre discreta y elegante, por su original vestido de Marchesa, salpicado de flores y sus ondas en el pelo.
Freida Pinto, por llevar su vestido de Óscar de la Renta con la elegancia más sencilla de una princesa india…
Y desplegar sus alas de cisne negro, dentro de su espectacular vestido de plumas de Michael Kors.
Paz Vega, por su frescura nostálgica, el peinado y los apliques de flores y perlas de su vestido retro de Elie Saab…
Y por esa pose tan española con traje de cola (aunque el vestido de plumas fuese de Stéphane Rolland).
Natasha Poly, por su fragilidad de bailarina, llevando el vestido de vuelo de Óscar de la Renta…
Pero de todas ellas, Blake Lively, estaba impecable con un impresionante vestido de cola en blanco y negro de Gucci, sugerente escote palabra de honor, labios rojos, moño retro y el discreto brillo de sus joyas. ¡Vestida para triunfar!
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