Emoción por el concierto de John Williams en el mítico “Hollywood Bowl” de California. Más con el cartel de “no hay entradas”, afortunados de poder vivir este momento. Estas son las cosas mágicas que pasan en Los Ángeles y por las que merece la pena estar aquí.
Padres con camisetas de Superman, niños disfrazados de Star Wars y muchas espadas láser. Y como si estuviéramos en el escenario de “Encuentros en la tercera fase” llegó el gran John Williams, uno de los mejores compositores de bandas sonoras de la historia del cine.
Con su batuta hizo aparecer por arte de magia geishas, soldados, aventureros, animales, superhéroes, magos, extraterrestres, robots, buenos y malos. Hizo bailar a bailarinas de películas, cantar a un coro de niños y que 20.000 personas tarareáramos su música.
Recordó con sutileza las “Memorias de una Geisha”, nos entristeció intentando “Salvar al Soldado Ryan” (y mucho más con la muerte de “E.T.”), convirtió a Clark Kent en “Superman”… pero sin duda el minuto de oro fue para “Star Wars”, cuando entre el público, un ejército de espadas láser se iluminó en la oscuridad de un cielo de auténticas estrellas.
Porque verdad y honestidad, pureza y sencillez, son lo que destilan cada una de las notas de la música de este genio incansable, que sus más de 80 años no le impiden seguir subiéndose a un escenario para recoger numerosos premios y hacer lo que más nos gusta: impregnar de magia todo lo que toca con su batuta.
El final más apoteósico no podía ser otro que la aparición estelar de “Darth Vader”. Hasta uno de los músicos se rindió ante él, cambiando su flauta travesera por una espada láser, aunque pronto se dio cuenta de que con la música se lucha mejor…
Cuando menos nos lo esperábamos, “Indiana Jones” cruzó el escenario impulsado por un coro de trompetas. Es en esos momentos en los que escuchas la música sin imágenes, en que te das cuenta de que el cine no sería lo mismo sin ella.
Pero “el mago” se aguardó un “as” en la manga: el bis final para mi preferida. Emocionante recuerdo de un niño al que le gustaba volar atravesando la luna con un amigo especial. Todavía si miras al cielo estrellado, puedes ver su sombra.
Os dejo con la música de algunas de las bandas sonoras de John Williams en este link. ¡Que lo disfrutéis!
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