“Mi madre murió dos veces. La primera, cuando salió de Cuba. De esa muerte consiguió resucitar, más o menos. Pero luego acechó la segunda, la de verdad y, cómo no, también tuvo que ver con Cuba. Como todo lo que sucedía en mi familia. Siempre Cuba. La hermosísima Cuba perdida. La isla protagonista de nuestras vidas desde tiempos inmemoriales y que yo visualizaba como un cocodrilo náufrago en el mar Caribe, a la deriva y sin nadie que pudiera ayudarle, aun teniendo un millón de amigos dispersos por el mundo”…
Así comienza “La Otra Isla”. La historia de tres mujeres de la familia Larralde, contada por Lara, la más joven. En plena crisis de los 40, se adentra en un pasado femenino, lleno de secretos, pasiones, sueños y frustraciones.
Silvia Herreros de Tejada, filóloga, escritora y guionista, retrata en su segunda novela el exilio cubano, con nostalgia, humor y diferentes perspectivas: la Cuba posrevolucionaria de los años 60, el Miami conspiranoico de los 90 y el Madrid desencantado de los 2000, a través de los ojos de estas apasionadas mujeres.
Al mismo tiempo, rescata del pasado a “la tía Tula”, que hace su aparición teatral, como el peculiar personaje que es. Una controvertida mujer, tanto en la realidad como en la ficción. Gertrudis Gómez de Avellaneda fue una escritora cubano española del Romanticismo. Nació en Cuba, pero muy joven se instaló en España, donde empezó a publicar bajo el seudónimo de “La Peregrina”. Se dio a conocer con su novela “Sab”, considerada la primera novela antiesclavista. “La Avellaneda” (como la llamaban cariñosamente, además de “Tula”), fue precursora de la novela hispanoamericana y del feminismo moderno. Como periodista, fue fundadora, directora y redactora del “Álbum Cubano de lo Bueno y lo Bello”, revista literaria defensora de ideas femeninas y mujeres periodistas. Además de en Cuba, vivió en EE.UU., Paris, Galicia, Madrid, Andalucía… y descansa en el cementerio de San Fernando de Sevilla. Su legado está formado por más de medio centenar de obras literarias entre novelas, poemas, obras de teatro, diarios y cartas.
Tanto Gertrudis como las otras protagonistas de la novela, nos plantean cuestiones contradictorias de identidad, raíces, fronteras y clases sociales. Y yo, leyendo “La Otra Isla”, me pregunto: ¿De dónde somos: de dónde nacemos o dónde nos quedamos? ¿Quién es más patriota: el que se queda o el que se va? ¿El que lucha desde dentro o desde fuera? ¿El que busca la verdad o el que se deja engañar? ¿El que se adapta a la realidad o el que persigue un ideal? ¿Y quién la ama más: el que la tiene o el que la extraña? “La Otra Isla”, paraíso perdido, soñado o imaginado…
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