Este verano, por fin pude averiguar lo que se escondía tras la puerta verde.
Verde que te quiero verde. Que te quiero abrir. Curiosidad. Misterio. Búsqueda. Sueños. Esperanza. Naturaleza. Arte.
En una casona centenaria del bonito pueblo de Viniegra de Abajo (La Rioja), se esconde una antigua cuadra, hoy convertida en galería de arte: EspacioArteVACA. Es inusual encontrarse un espacio artístico tan sorprendente, auténtico, cuidado, mágico y, al mismo tiempo, tan visceral.
Arte Rural, que transmite tan bien esos elementos primarios, instintivos y salvajes, propios de la naturaleza. Todavía se pueden escuchar los ecos del sonido del pasado. Y sentir la humedad y el calor, a través de sus paredes pintadas por texturas y colores, por el paso del tiempo. Pero algo inquietante permanece en el lugar. El recuerdo de que los seres, la vida y la naturaleza son arte. Y el arte, Naturaleza.
La exposición de la artista alemana Marion Thieme y otras que ha habido anteriormente, transmiten todo esto, porque parten del mismo concepto natural y están perfectamente integradas en el espacio.
Marion, después de vivir parte de su carrera artística en la agitada Madrid, durante veinte años, decide trasladarse al entorno rural. Allí centra su atención en la naturaleza, que es la fuente de inspiración de su obra actual.
EspacioArteVACA no puede ser mejor escenario para exponer sus casi 40 piezas artísticas inspiradas en el campo. Pinturas, esculturas, dibujos, instalaciones y fotografías, donde la materia moldeada por su creadora, compacta formas abstractas, cargadas de simbolismo y colores vibrantes. Con su obra, Marion busca hacernos conscientes de nuestro entorno, desde la libertad. Invitándonos a trazar nuestras propias huellas, en nuestro caminar. Con libertad defino entonces lo que sentí al disfrutar su obra…
Masas de colores vibrantes, que reflejan la naturaleza del pigmento y del sentimiento.
En su paleta, un universo de colores caen como meteoritos de elementos y texturas.
Las huellas de la naturaleza, se mezclan con las del ser humano, invitándole a trazar las suyas propias, con una reflexión: ¿Quién invade a quién?
Si es la naturaleza, adaptémonos a ella, en lugar de intentar cambiar su trazado. Si somos los humanos, que sea para crear algo bonito.
Solo así, lograremos volver a integrarnos en ella. Respetando sus orígenes, adaptándonos a sus ritmos, descubriendo sus capas y texturas, que son también las nuestras.
Al fondo de una de las estancias, me emociona un bosque tejido en hilo, con gran delicadeza, sobre diferentes capas.
Sobre los comederos de los animales de la cuadra, otros salvajes corren y vuelan en libertad. Me reconforta sentir que siguen existiendo mujeres tejedoras de sueños y realidades, que continúan la labor de antaño. Dejando su alma hilvanada en cada puntada, de forma libre, pero calmada.
Abstracto, libre y salvaje es el espíritu de Marion Thieme, como lo es el de la madre naturaleza.
Si podéis, no dejéis de ver esta interesante exposición, aunque habrá más próximamente. Este fin de semana son los últimos días… Y como broche final, la artista hará un recorrido por su obra, explicando el proceso creativo y leyendo algunos poemas. Disfrutad del fin de semana y si puede ser rodeados de arte, mejor que mejor!
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