Todavía recuerdo como si fuera ayer el anuncio de las muñecas de Famosa dirigiéndose al portal de Belén (podéis verlo aquí). “Famosa” era la marca de muñecas más “famosa” de España, las hacían en Alicante y tenían un encanto especial: Los bebés Nenuco…
Las “Barriguitas” con sus tripitas regordetas…
Aunque la estrella era la “Nancy”:
También estaban y siguen estando las “Tiendas Así de Madrid”, auténticas muñecas de colección con vestuario propio de una princesa.
Luego llegó la “Barbie”, con cuerpo de mujer, novio y hobbies demasiado “adultos”…
Y es que las muñecas de ahora van en moto o descapotable, al gimnasio, al spa, o a hacerse mechas. Y aquellas encantadoras casas de muñecas, se han convertido en mansiones con ascensor.
En EE.UU. la muñeca que triunfa es “American Girl”. Cada año eligen a la “muñeca del año”. Su tienda rosa de varios pisos, parece una boutique de Beverlly Hills, una especie de santuario donde madres e hijas acuden a celebrar cumpleaños, mientras toman el té con las amigas y sus muñecas o las llevan a cortarse el pelo, a hacerse mechas o a renovarles el vestuario.
Hace poco apareció “Lammily”, la muñeca diseñada por el artista Nickolay Lamm, que ha tomado las medidas de las chicas de 19 años en EE.UU. y que pretende ser “más real” que esas “Barbies” de medidas imposibles, con cintura de avispa y pelo oxigenado. La iniciativa no está mal, pero el problema es que la muñeca sigue teniendo cuerpo de mujer”, a la que poco más puedes hacer que cambiarle el vestuario o ¡ponerle pegatinas con estrías y tatuajes! ¿acaso esas deben ser preocupaciones de niñas inocentes que sueñan con pasear a sus muñecas?.
Y luego está la “Blythe”, una muñeca diseñada en Hong Kong, que sólo se comercializó en los años 70 en EE.UU. porque a las niñas les daba miedo su enorme cabeza y sus ojos saltones, pero ahora es objeto de coleccionismo. A mí me parece simplemente encantadora.
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