Esta semana se celebra en muchos lugares La Noche de San Juan (puedes ver cómo se vive en España en este post). Nosotros este año la celebramos en California con un grupo de amigos. Paella, pan tumaca, anchoas, gazpacho, sangría (de la buena), cava (californiano)… velas, globos y pistolas de agua. Fue una noche mágica, “con algún percance”, pero muy divertida.
Así estaba nuestra luna. Dicen que la luna menguante es ideal para neutralizar las malas vibraciones que impiden el buen funcionamiento de los asuntos cotidianos, así que encendimos algunas velas y nos sentamos alrededor del fuego. Cada uno escribimos en un papel rojo los pensamientos o sentimientos de los que nos queríamos liberar y los quemamos en el fuego.
Después escribimos nuestros sueños en papeles azules y los atamos a unos globos de helio que soltamos. Hasta ahora todo muy bucólico, pero de los cuatro globos que soltamos sólo voló uno. El otro se quedó atrapado en un árbol y los otros dos estaban tan cargados de sueños que no pudieron volar ¡encima acabaron incendiados! (no me preguntéis cómo)…
El caso es que nos reímos mucho y disfrutamos de las canciones de la mallorquina Cocha Buika pero nunca sabremos qué sueños volaron y cuáles no… Os dejo con “La noche más larga”.
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