Buscando un sitio para vivir, nos sorprendió “Pasadena”. Una pequeña ciudad situada a quince minutos en coche de los sueños de Hollywood y a cuarenta de la fantasía de Disney.
En ella, se respira “la vida” a través de varias generaciones. La ingenuidad de los niños que empiezan a caminar. La ilusión de los estudiantes que pasean sus libros por los mejores colegios y universidades. La sabiduría de los mayores que la eligen como un buen lugar para vivir, retirados del “mundanal ruido”. Una ciudad auténtica y con personalidad, que mantiene el encanto de los sitios aún sin explotar, pero que ofrece todo tipo de actividades para pequeños y mayores.
Me sorprendió su historia, su arquitectura, la amabilidad de sus gentes, su paisaje, su aroma a cítricos, su silencio. Porque lejos de ser una ciudad provinciana y aburrida, su vida cultural y nocturna hace que algunos la definan como la nueva capital “cooltural” de EE.UU., por su ambiente bohemio, sus restaurantes, sus tiendas y sus museos.
Un buen lugar para observar el interesante bullicio de Los Ángeles, al pie de las montañas. Y si quieres disfrutar de las playas o los rascacielos, sólo tienes que coger el Metro Gold Line.
Está lo suficientemente cerca, pero lejos. Es moderna, pero con historia. Campestre, pero con un toque urbano que no aburre. Cultural y deportista. Y además hace sol todo el tiempo. ¿Qué más se puede pedir? Nos quedamos!
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