Tiempos de paz y de tormenta

Entramos en la misma tormenta, pero no con el mismo barco. Distintas embarcaciones, desde yates hasta barcas de pescadores, se cruzan en un mar revuelto. No significa que el que tiene más medios, capee mejor la tormenta, aunque influye. Las herramientas las tiene el pescador, no el barco, pero no sabemos cuál es la lucha de cada uno, en cada momento.

Por eso debemos tenerlo en cuenta, para no chocar. Aunar fuerzas, estar todos a una y no perder energías en guerras dialécticas. Intentar no buscar culpables, sin analizar nuestras propias conductas. No imponer verdades absolutas y respetar que cada uno tiene las suyas. No entrar en guerras, no significa no buscar respuestas. Pero no solo hay sombras, también existen luces dentro de la tormenta.

El ser humano me fascina, igual que me deja perpleja. Podemos aprovechar esta oportunidad para evolucionar, o seguir tropezando en la misma piedra. Mientras tanto, propiciemos que amaine el temporal, para que lleguen Tiempos de Paz y no de guerra…

tormenta

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Mujeres que Vuelan