Viento de primavera

Al viento de marzo, a veces le da por volverse loco. Otras, te hace volar ligeramente, arrancándote una sonrisa y balanceándote con su suave brisa. Es como si quisiera levantar tus pies, para barrer de un soplido, los últimos resquicios del invierno. Esos que cuesta “soltar” cuando hace frío, ante el avance pausado, pero inminente, de la primavera.

La tarde desapacible, invita al refugio y la escritura. El viento y “Pu´inokolu a Hina”, me transportan de nuevo a aquellas plácidas tierras hawaianas llenas de misterio…

“Kauai, la bonita isla jardín de Hawaii, siempre amanecía soleada y pacífica. Rebosante, con esas flores llenas de vida y colores vibrantes. Cargada de aromas tropicales, traídos por el ligero vaivén de las olas. Según avanzaba la mañana, las olas crecían y el viento rugía cada vez con más fuerza. Por las tardes, se transformaban en fuerte oleaje e incluso en lluvia. Pero después de la tormenta volvía la calma y la ligera brisa, te mecía de nuevo en un mar de olores y sueños.

A la mañana siguiente, Hina, salió de las profundidades del mar, impulsada por su cola y una gran ola. Su fuerza creadora le hizo llegar al sol, guiada por los colores del arco iris. Pero cuando llegó, no pudo soportar el calor y quiso volver al frescor del mar. Otro día, al anochecer, lo intentó de nuevo. Fue entonces cuando sus escamas se transformaron en plumas y pudo volar hasta la luna.

Desde entonces, a la hora del crepúsculo, vuelca su magia desde el cielo, en forma de luz e inspiración sobre la tierra. En los días de furia, desata vientos y tempestades. Y en las plácidas noches, una brisa embriagadora lleva el aroma del mar y de las flores”…

Las leyendas ancestrales hawaianas, el viento de marzo y “Pu´inokolu a Hina” me inspiraron este relato. Encontré el grabado una tarde de lluvia y tormenta en un refugio de Kauai, durante una excursión por el interior de la isla.

La obra fue realizada con una curiosa técnica, por el artista alemán afincado en Hawaii, Dietrich Varez. Está inspirada en Hina, la diosa hawaiana de la luna, la muerte y el renacimiento. Estas son las palabras del artista que acompañan su obra:

Pu’inokolu a Hina (los tres vientos de Hina). Desde su calabaza de viento sagrada, Wawahonua, Hina lanza una tormenta cuando su tierra es maltratada. Si no hay mejoría, las tormentas empeoran hasta la tormenta final, que destruirá al hombre”.

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Mujeres que Vuelan