Ha muerto Thich Nhat Hanh, uno de los líderes espirituales más influyentes, padre del mindfulness y activista por La Paz.
Cada día leo una enseñanza suya en un pequeño libro de cabecera y medito mientras voy en metro, caminando… Cuando acabo el librito, lo vuelvo a empezar, porque siempre aprendo algo diferente, en función de lo que esté viviendo en cada momento.
Una de las enseñanzas que nos dejó el monje budista es que nada muere, solo se transforma. El cuerpo puede desintegrarse, pero las acciones de las personas que nos acompañan en el camino, sirven de ejemplo y continúan en otros pasos, en otros caminos, en otros viajes y en otros libros.
Nacimos de polvo de estrellas y en polvo nos convertiremos, para volver a la tierra, a fundirnos con la naturaleza, que es de lo que estamos hechos. Y nuestra alma seguirá volando libre…
En cuanto a la vida terrenal, estos son la clase de guerreros que necesita el mundo: los que luchan por La Paz, mientras los que ostentan el poder, lo hacen cegados por el ego y el dinero.
Afortunadamente, Thich Nhat Hanh, nos ha dejado más de 100 libros dedicados a la sanación, la evolución espiritual y la reflexión, para que sigamos aprendiendo a estar en el mundo de una forma más consciente, respetuosa y humana. Gracias por tu humildad, por tu luz y por todo lo que seguirás enseñándonos, a través de tu ejemplo y tu obra, aunque ya no estés. Sigue tu viaje!
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