“Ciudadano Kane” y los Mass Media

El 30 de octubre de 1938, los ciudadanos estadounidenses entraron en pánico, al creer que estaban siendo atacados por una invasión alienígena. Sorprendente pero cierto. El artífice del experimento, fue el director de cine Orson Welles. Para demostrar la capacidad de persuasión de los medios, retransmitió por radio una adaptación de la novela de ficción “La Guerra de los mundos”, de H.G. Wells. Ocurrió a pesar de la advertencia de que se trataba de una dramatización. El realismo de las interpretaciones y la ausencia de pausas publicitarias, hizo que gran parte de la audiencia creyera que la noticia era verídica.

Tras el éxito de Welles con esta controvertida emisión radiofónica, Hollywood acudió a él y le dio libertad absoluta para rodar su ópera prima “Ciudadano Kane”, algo bastante inusual para un director novel. El director, volvía a poner de manifiesto el poder de los medios de comunicación. En su película, que ganó el Oscar al mejor guion, el personaje principal estaba basado en el magnate de la prensa William Randolph Hearst. La carrera de Kane en la industria editorial nacía del idealismo y del servicio social, convirtiéndose gradualmente en una implacable búsqueda de poder.

Ciudadano Kane

Cartel de la película “Ciudadano Kane”, de Orson Welles

Debería ser un derecho estar bien informado, pero no es ninguna novedad que los medios de comunicación suelen estar supeditados a intereses políticos, económicos o empresariales. De ahí que sean denominados “el cuarto poder”.

En tiempos de crisis, los mass media se convierten a menudo en una gran herramienta para manipular la información, la percepción y las conductas de la población, basadas muchas veces en emociones, como el miedo colectivo.

Un mundo globalizado, confuso e interconectado a través de las redes sociales, es el perfecto caldo de cultivo para generar información, sobreinformación y desinformación a partes iguales. Por ello es nuestro deber, como ciudadanos, estar bien informados, para no ser manipulados. Tener visión global y espíritu crítico, para contextualizar noticias. Aumentar nuestra capacidad de búsqueda, análisis y reflexión, para no limitarnos a la primera información que nos llega. No opinar a la ligera o de forma visceral. No compartir noticias sin contrastar fuentes e intereses. No caer en la sobreinformación, que solo nos llevará a la desinformación. No convertirnos en ciudadanos pasivos instalados en la queja, sino pasar a la acción. ¿Qué puedo hacer yo para mejorar esta situación? Caldear un ambiente crispado, a lo mejor no es la mejor opción. En nuestro poder está ser constructivos, para cambiar las cosas.

La manipulación del individuo es la forma más eficaz para que nada cambie y todo siga igual. Por eso, estar bien informados es una búsqueda necesaria que empieza en nosotros mismos y acaba en una transformación individual y colectiva.

Si te interesa saber más sobre estrategias de manipulación mediática, lee mi artículo completo, publicado en la revista Woman Essentia: “El deber de estar informados, para no ser manipulados”.

 

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