Parece que este verano lo hemos pasado dentro de una cueva… Ayer os hablaba de la preciosa Cueva de Nerja, en Málaga, y su emocionante descubrimiento, gracias a la valentía de un grupo de amigos. Hoy lo hago de las Cuevas Al Jatib, en Granada. Una aldea troglodita que hoy podemos disfrutar, gracias a la visión y dedicación de otros valientes, para levantar este ambicioso proyecto.
Nos encontramos al norte de Granada, en la Sierra de Baza, cerca del pueblo del mismo nombre donde hace bastantes siglos se encontró La Dama de Baza. (Esta escultura, se encuentra actualmente en el Museo Arqueológico Nacional de España, en Madrid).
Dicen que fue aquí, en el Altiplano de Granada, donde se asentaron los primeros pobladores europeos (puedes ver sus restos en el museo del pueblo de Orce). Es un lugar único, lleno de cuevas excavadas en las rocas, donde moriscos, mineros del yeso y campesinos se han refugiado a lo largo de la historia. Parece que los pioneros de este tipo de viviendas, podrían ser tribus almohades del Norte de África, ya que allí se han encontrado el mismo tipo de cuevas. (De hecho, nos alojamos en unas similares cuando estuvimos de viaje por Marruecos).
Las cuevas permanecieron olvidadas en su bello paraje, hasta que hace unos 30 años, Isabel y Luc (un francés y una española), buscando un lugar para vivir, se embarcaron en una intensa aventura. Bárbara, su hija y encargada del hotel, me cuenta la complejidad del proyecto. Compraron una por una todas las cuevas de la aldea y con la ayuda de familiares, amigos y un picador de piedras de los de toda la vida, empezaron a excavar y a rehabilitarlas. Poco a poco, su sueño fue tomando forma y esculpiéndose bajo la tierra, hasta que abrieron este original Alojamiento Troglodita. Su nombre, se lo debe a una de las “rutas del Legado Andalusí”: la del emisario Ibn Al Jatib, que sale de Granada, atraviesa esta zona del Arroyo Curcál y termina en Murcia.
Las cuevas, que desde fuera parecen casitas de pueblo, se pueden alquilar enteras o por habitaciones y tienen un encanto especial, ya que guardan en su interior todos los secretos de la forma de vida de nuestros antepasados. Lugar defensivo, cobijo de ganado o vivienda permanente.
El clima extremo de Granada, hace que estas “casas-cuevas” sean una excelente solución bioclimática, ya que mantienen la misma temperatura todo el año, sin necesidad de calefacción, ni aire acondicionado. Puedo imaginarme las dificultades durante las excavaciones y las desazones de electricistas, albañiles y fontaneros para acondicionar tan recóndito lugar… pero el resultado no puede ser más bonito. Sobre todo, porque cuenta con todas las comodidades, pero no es lujoso ni ostentoso, sino que mantiene el encanto de las cosas sencillas y de los materiales nobles. Las soluciones técnicas de esta “arquitectura sin arquitectos”, su rehabilitación y posterior decoración, se han llevado a cabo con un gusto exquisito y acogedor. No faltan las chimeneas ni los rincones de lecturas, donde leer libros de aventuras.
Ni los altillos con escaleras directas al cielo, desde donde divisar los tejadillos o las estrellas, mientras sueñas…
Los baños árabes y cómodas camas donde reposar después de una buena sauna…
La “cueva del topo”, con sus ventanas y puertas de colores, donde los niños pueden jugar, tirándose por toboganes y pasadizos secretos…
Los patios con mecedoras, fuentes y parras llenas de uvas… o la piscina donde refrescarte en verano con una buena lectura debajo de una higuera.
El restaurante también está excavado en la roca, con acogedores habitáculos donde probar productos de la zona o ricas recetas árabes y andalusíes.
Como el tajine de cordero, que está para chuparse los dedos!
Y una terraza desde donde contemplar los más bellos atardeceres de la sierra granadina…
Después de leer con emoción la historia de estas cuevas y la intrépida aventura de Luc, Isabel y su estupendo equipo, me doy cuenta de que este proyecto es más que un alojamiento rural. La culminación de un sueño realizado con sudor y lágrimas, pero también con grandes dosis de ilusión y cariño. Y como todas las cosas que se realizan con pasión, el esfuerzo mereció la pena. Os invitamos a que descubráis este precioso lugar y cómo se construyó en www.aljatib.com. También a que os acerquéis a conocerlo en el corazón de mi amada y siempre mágica Granada. Deseando volver pronto!
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