Flores para curar el alma

Después de unos meses de frío y lluvia intensos, mayo nos regala una explosión de calor, olores, colores y flores.

Semana intensa y densa para muchos. Por eso es bueno tomarse unos minutos para desconectar. Resetear cuerpo y mente. Salir a pasear, respirar aire puro, oxigenar los pulmones… Meditar escuchando el sonido de los pájaros o el agua de las fuentes. Dejar la mente en blanco y simplemente observar la belleza de la naturaleza.

El campo está exultante, oloroso, frondoso. Las flores brotan en cualquier lugar, en el suelo, por los troncos del árbol del amor, en las ramas de los frutales y, como no, en el jazmín.

A veces la yedra trepa por tu cuerpo y se enreda en tus recuerdos y en tu pelo. No temas y desenrédala con paciencia, como si fuera una trenza. La naturaleza siempre ayuda a encontrar respuestas y a ordenar cabezas. Proporciona firmeza, envuelta en raíces y olor a tierra mojada. Consuela con ramas que abrazan y miran a un cielo azul, sin nubes. Acuna con su murmullo incesante de vida. Calma con la suave brisa del viento, secándonos la frente.

En lo mas alto, un sol imponente ilumina nuestra cara, dejando al descubierto arrugas de llanto, cicatrices mal curadas. ¿Y qué importa si consigue borrarlas?

Dicen que los árboles encierran la sabiduría y las flores son las vitaminas del alma herida… ¿Ya saliste a buscarlas?

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Mujeres que Vuelan