“Hay una luz”… en California

Parece que ya empieza a llegar la primavera, después de un largo invierno frío y oscuro. Y lo hace despertando a los almendros en flor, con lunas llenas de sueños, nuevas ilusiones y un rayo de luz que asoma tímidamente, pero con fuerza: Jonathan Wilson.

Un nuevo descubrimiento americano y un genio de la música capaz de componer, producir, cantar y tocar cualquier instrumento. Desde su estudio de grabación de Los Ángeles, ha producido su tercer disco en solitario “Rare Birds”. Esta primavera está de gira por Europa, aunque también le gusta colaborar con otros músicos como Roger Waters (de Pink Floyd), con quien estuvo de gira el año pasado como guitarrista y vocalista. Además, Wilson aparece en el libro “Canyon of Dreams” del historiador de rock Harvey Kubernik, ya que está revitalizando la escena musical del mítico Laurel Canyon (donde tocaron míticas bandas como “The Doors”), realizando jam sessions con músicos como Wilco, Chris Robinson de “The Black Crowes”, Benmont Tench de “Tom Petty and the Heartbreakers”, Jakob Dylan, Van Morrison o Pearl Jam. 

“Rare Birds” es una obra maestra, difícil de clasificar, por su mezcla ecléctica de sonidos pop, rock, folk, psicodelia, pinceladas de jazz y arreglos orquestales que crean atmósferas sonoras increíbles. Todo envuelto en letras sencillas, pero transcendentes. Y ese sonido tan peculiar que, según Wilson, consigue mezclando texturas de cintas de los 70 en Pro Tools, para hacer una especie de híbrido analógico-virtual. Una belleza escuchar sus “pájaros raros” flotando en el espacio. Las guitarras eléctricas como un eco de Pink Floyd en “Trafalgar Square” o las sonrisas psicodélicas de los Beatles evocadas en “Miriam Montague”. Sentir la nostalgia sobrecogedora de “49 Hairflips” o “Sunset Boulevard” y la esperanza cautivadora de “Loving You”. En “Over the Midnight”, Jonathan Wilson crea un microcosmos perfecto en el que ha querido “escribir una canción sobre un lugar sagrado para los que aman, donde no existe la violencia”.

El disco de Wilson es un canto al amor y a la vida, con colaboraciones de admirados músicos, que según él, son sobre todo amigos y se nota en la química que existe en cada uno de sus temas. Dice que “Hay una luz que brilla en ti y en mí. Un sentimiento en el aire californiano. Un deseo de paz y justicia en todas partes. Una razón por la que jugamos entre las estrellas. Una inspiración en cada persona que conocemos. Una razón por la que cantamos nuestra canción. Y una nota que es la que empieza el sentimiento…”. (Podéis escuchar el temazo aquí: There´s a light)

El mundo necesita más gente valiente y generosa, que toquen esa nota, que escriban una letra o dibujen sonrisas, para empezar ese sentimiento y unir los corazones.

Para los que podáis verlo, tocará el próximo lunes 9 de Abril en la Sala Razzmatazz de Barcelona.

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Mujeres que Vuelan