Para los que todavía dudan si un humorista merece ganar “Un Premio Príncipe de Asturias” (y más compitiendo con filósofos) sepan ustedes que Quino además de humorista, es filósofo, dibujante, escritor, profesor, político, psicólogo… abridor de ojos y mentes, creador de un tierno universo y padre de la niña inconformista que me ayudó a entender el mundo: Mafalda.
No menosprecien a esta niña que aunque a algunos les pueda parecer repelente, me enseñó a tener interés por las cosas, por los libros, por saber… A pensar, a reflexionar, a buscar respuestas, a tener espíritu crítico, a valorar la vida, a vivir el momento…
Gracias Mafalda por ser tan “cabezota”, por no querer comerte la sopa, por tener la boca tan grande, por sentirte incomprendida y por esforzarte en entender el mundo. Yo me siento igual desde que te conozco.
¡Quino se merece un premio igual de GRANDE que la cabeza de Mafalda!. Por simplificar política, pensamientos, sentimientos, educación y gritos con el trazo y la mirada de un niño, y por combatir las injusticias (de un mundo que gira muy deprisa) provocando sonrisas.
A veces los premios hay que dárselos a los sabios silenciosos para que sepan que lo son ¿no creéis?
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