Posidonia

Ayer nos adentramos en un jardín sumergido en el fondo del mar, en busca de Posidonia. Tiene nombre de diosa, pero es una preciosa planta marina. La inmersión submarina tuvo lugar en mitad de una clase de Yoga Somático, entre cuatro paredes, donde pierdes la noción espacio-tiempo. Gracias a la creatividad y concienciación medioambiental de Sofía, que hace que cada clase sea una experiencia diferente.

Trabajamos el movimiento consciente, a través del balanceo del cuerpo, con diferentes técnicas, ejercicios de respiración y posturas, siempre buscando el equilibrio. Nos dimos cuenta de la importancia de fluir, ser versátil y flexible, pero siempre enraizados a la tierra, como hace la posidonia, con ese movimiento tan gráfico y metafórico que podéis ver en este vídeo

Una “pradera submarina” esencial para la biodiversidad:

Posidonia Oceanica es una planta marina exclusiva del mar Mediterráneo. A diferencia de otras especies, florece en otoño y en primavera produce unos frutos flotantes que se conocen con el nombre de “olivas de mar”. 

Lo más curioso es que presenta una morfología parecida a las plantas terrestres. Tiene raíces, rizoma y hojas, pero los rizomas crecen tanto horizontalmente como verticalmente. Unos para enraizar la planta y otros para aumentar su altura. Los dos tipos de crecimiento dan lugar a una mata que proporciona alimento y refugio a diversas especies marinas. Así, colonizan un entorno que no pueden realizar las algas, ya que no tienen raíces.

La Posidonia juega el mismo papel en el mar que los bosques en tierra firme: produce oxígeno, limpia el mar y captura CO2 de la atmósfera en una proporción incluso mayor que el Amazonas, según estudios científicos. Por ello es considerada un buen bioindicador de la calidad de las aguas marinas costeras. Sin embargo, cada año, bañistas y hoteleros se quejan de las acumulaciones de hojas secas de posidonia en la orilla de las playas, alegando que producen mal olor y obstaculizan la costa. 

Las praderas de posidonia que se encuentran entre las islas de Ibiza y Formentera en el Parque Natural de Las Salinas, son Patrimonio de la Humanidad desde 1999, por su importancia ecológica y cultural. Esenciales para la biodiversidad marina y la protección de las costas.

Fundamental para la conservación de las playas:

En 2006 se descubrió en este lugar una planta de Posidonia de cerca de 8 km de largo, a la que se le atribuyó una edad de 100.000 años. Se estima que en ella vivan 100 millones de ejemplares de la misma especie. La planta se sitúa en una pradera que se extiende unos 700 km² desde Formentera hasta Ibiza, por lo que es uno de los organismos vivos más grandes y longevos del mundo.

Por este motivo, expertos y conservacionistas de Baleares han enviado un escrito a las administraciones para que la mantengan en la orilla del mar. “Desempeñan un papel fundamental en la estabilidad y conservación de las playas, evitan la erosión costera y la pérdida de arena a causa del oleaje. Además albergan una importante cantidad de invertebrados que aportan alimentos a aves marinas y limícolas, entre otras especies”. También han solicitado que se realicen campañas de concienciación ciudadana: “Las acumulaciones de plantas marinas y algas no son signo de una playa descuidada, son parte de la naturaleza del lugar”.

Las praderas de posidonia representan el máximo nivel de desarrollo y complejidad de un ecosistema, pero están en regresión debido a la contaminación, construcción, pesca de arrastre, deportes náuticos…

Seamos conscientes y cuidemos este tesoro de nuestro mar Mediterráneo.

Speak Your Mind

*

Mujeres que Vuelan