Recuerdo el olor de los limoneros del pueblo de mi abuela y la limonada fresquita que nos tomábamos cuando éramos pequeños… Pero hoy, con la invasión de los “refrescos edulcorados” se nos ha olvidado un poco lo fácil que es coger dos limones y exprimirlos.
En California, la limonada es la bebida por excelencia. La beben niños y mayores todo el año, las hay de todas las clases, marcas, baja en calorías, rosa, amarilla… y no puede faltar en cualquier reunión.
Pero lo mejor es hacerla casera y si tienes la suerte (como yo) de echar los limones “del limonero al frutero”, mejor. Es fácil de hacer y una buena alternativa a los refrescos (que en general, contienen gran cantidad de azúcares, colorantes y gas) y si la haces sin azúcar ¡no engorda!.
Es muy refrescante y debido a que está hecha con limones, contiene mucha vitamina C (por lo que previene resfriados), no tiene gas ni alcohol, es más barata que cualquier refresco y más sana y natural. Además es ideal para celebraciones y sobre todo para los cumples de los peques, para llevar a la playa o para ir de picnic.
Receta para hacer limonada casera:
-Diluir el zumo de 2 limones en 1 litro de agua (dependiendo del tamaño de los limones puedes añadir más).
-Colar la mezcla (opcional)
-Añadir 3 o más cucharadas de stevia (para endulzar al gusto, mañana os hablaré de ella).
-Unas hojitas de menta (opcional).
-Unas rodajas de limón, naranja o fresas (para decorar).
-Hielo picado.
Una idea para las fiestas de los peques es hacer una “Pink Lemonade” o limonada rosa, con naranjas rojas, pomelos o granadina y decorarla con fresas. A mí me encanta y a mi hijo también. Y para darle un aire más camprestre, puedes utilizar botes de mermelada con pajitas y poner el nombre en pegatinas tipo pizarra (yo he encontrado estos que me encantan con tapa). ¡Apúntate a beber limonada! (yo ya me he enganchado).
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