“Samhain”, calabazas y el ciclo de la vida

Antiguamente, las culturas primitivas celebraban los Sabbats, que significa “descansar”. En ellos se realizaban rituales ligados a la siembra, a la fertilidad de la tierra, a la cosecha y la recolección de los frutos. 

Samhain

A lo largo del año, se celebraban ocho sabbats: cuatro de ellos (especialmente sus noches), estaban determinados por los solsticios y equinoccios. Coincidían con los comienzos astronómicos de las estaciones (primavera, verano, otoño e invierno). Los otros cuatro se celebraban con fiestas paganas. 

Samhain

Los Sabbats mayores eran Imbolc, Beltrane, Lammas y Samhain. Los Sabbats menores, Ostara, Litha, Mabon y Yule. Celebrar los Sabbats, como hacían nuestros antepasados, es celebrar los ciclos del nacimiento, vida, muerte y renacimiento de la tierra. 

En la tradición celta, el 31 de Octubre se celebra Samahin, que significa “Summer´s End”. El fin del verano y las últimas cosechas de calabazas, antes de comenzar el invierno. Es el año nuevo pagano y una de las fiestas más espirituales. La transición de un año a otro, de un mundo a otro, de lo físico a lo etéreo.  

Samhain

La noche de Halloween (All Hollows Eve) es la víspera de Todos los Santos (en la tradición cristiana) o Día de Muertos (en la mexicana). Justo cuando la delgada línea entre los muertos y los vivos es más fina. 

Samhain

Se celebraba dejando ofrendas de comida en los altares de muertos, velas en las ventanas de las casas para guiar a los espíritus de los seres queridos y manzanas en los caminos para calmar a las almas perdidas.

Simbólicamente, Samhain representa la muerte, como parte de la vida, para volver a nacer de nuevo. Tiempo de recordar y reflexionar sobre “las muertes” que hemos afrontado en el año: personas queridas que se han ido, amistades que han terminado o situaciones que hemos dejado atrás. Es el momento de hacer duelos, para limpiar y seguir avanzando. El ciclo de la vida continúa y nosotros con él…

Cada cultura celebra sus rituales según sus códigos y tradiciones. Todos tienen cabida, pero cuanto más conscientes seamos de la naturaleza que nos rodea, mejor nos sentiremos. Hay tiempos de siembra, crecimiento, de espera y recolección. Momentos de acción, pero también de recogimiento y reflexión. De fluir y de dejar ir, porque para renacer con fuerza, hay que morir.

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Mujeres que Vuelan