Hace unos días fuimos a pasar el día a Santa Bárbara, una ciudad situada a 140 km, al noroeste de Los Ángeles. Lo llaman la “Riviera italiana-americana”, debido a su clima mediterráneo y su semejanza con la Costa Azul Francesa, pero no nos dio tiempo a comprobarlo en esta primera visita, así que habrá que volver. Nuestro objetivo era darnos nuestro primer baño en California y comer cangrejos. ¡Y lo hicimos!
Nunca pensé que podría bañarme en el Pacífico en primavera, el agua estaba helada, pero hacía calor y un día estupendo… así que no nos pudimos resistir. Tampoco fue para tanto, es como darte un bañito en el norte de España (por ejemplo en Santarder) ¡pero con más agua y muchas más olas! pero la verdad es que bañarte en un mar tan abierto da una sensación de libertad increíble…
Fuimos caminando hasta el “Stearn”, el histórico muelle de Santa Bárbara. Fue construido en 1872 y aunque gran parte se quemó en 1998 (todo en él es de madera), fue reconstruido, ya que es lo más representativo de la ciudad. Hay tiendas y restaurantes y un Centro de Educación Marina. Si caminas hasta el final del muelle puedes ver gente pescando e incluso alguna ballena o delfín a lo lejos y los barcos navegando.
Merece la pena comer en el “Santa Barbara Shellfish Company”, un puesto de marisco que comenzó en los años 70 vendiendo langostas y cangrejos y se ha convertido en un pequeño pero curioso restaurante donde comer marisco fresco a buen precio.
Si quieres una de las pocas mesas de la terraza podrás comer “en el mar”, aunque tendrás que esperar más.
Pero dentro también tiene su encanto (sobre todo en invierno que hace más fresquito).
Puedes comer en un taburete, mirando el mar a través del ventanal o en la barra, viendo cómo se cuecen “los bichos”.
Esto es lo que debes hacer para ser feliz, según esta nota: “Escribe tu nombre, espera a que te llamen, come cangrejo, bebe cerveza y sé feliz”.
Aquí el “spider crab” (como llaman al centollo o cangrejo con patas de araña) y la cerveza…. ¡Para chuparse los dedos!
Me hubiera gustado llegar en una “Harley” al muelle de Santa Bárbara, pero me conformo con escuchar el sonido de sus motores acercándose a la costa y verlas aparcadas, relucientes, mirando al mar…
¡Buen fin de semana para todos!
(La semana que viene os contaré nuestra escapada a Palm Springs en un especial que estoy preparando. Hay mucho que contar, así que durará toda la semana).
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