En España, si viéramos un cartel de “El Matador”, pensaríamos que va a salir “un torero” capeando un toro, o que es el anuncio de una película de Almodóvar… pero si conduces por la Pacific Highway a la altura de Malibú y tropiezas con dicho cartel, haz una parada, porque te encontrarás con uno de las paisajes más bonitos de la costa oeste. Una playa llena de acantilados, rocas y cuevas misteriosas por descubrir, con una luz increíble que la convierte en paraíso de fotógrafos y pintores.
Yo la he llamado “la playa del amor”, porque un día cualquiera puedes encontrarte una pareja revolcándose en la arena protagonizando un anuncio de vaqueros, unos novios recién casados haciéndose fotos dentro de una cueva e incluso una avioneta que proclama a los cuatro vientos: “Lena, I love you, will you marry me?”.
A veces la realidad se confunde con una película de Hollywood…
¡Pero es que en esta playa se rodó la película Grease! ¿Quién no recuerda ese principio edulcorado donde Danny y Sandy se juraban amor eterno en una playa de cuento entre castillos de arena y la canción “El amor es algo maravilloso”?.
Lo cierto es que, fuera de escenarios holliwoodenses, la fuerza de la naturaleza de esta playa paradisíaca, te invita a sumergirte en ella con pasión y sortear sus rocas y olas de agua fría, como un auténtico “Matador”.
Es lo que en España llamamos “coger al toro por los cuernos”. ¡Una buena manera de empezar el año con energía!
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