La semana pasada, el poema “The Hill We Climb” que Amanda Gorman creó para la ceremonia de inauguración del nuevo presidente de EE.UU., Joe Biden, dio la vuelta al mundo.
Muchos aplaudimos sus palabras y las recibimos como un rayo de luz y esperanza en medio de la oscuridad. Otros no. Respeto las diferentes opiniones, pero me sorprenden y apenan las críticas destructivas. No veo en ellas más que envidia, racismo o rencor hacia el reconocimiento ajeno y hacia una nación, que con sus luces y sombras, tiene el derecho a querer mejorar y reconstruirse, como todas las demás. ¿Acaso no todos tenemos claroscuros en nuestra historia?
Algunos discuten sobre si es un poema o un discurso, una prosa poética o un poema en prosa. Si la chica es “una mandada”, la han elegido por ser mujer y afroamericana, o su trabajo es “mediocre”. Otros extrapolan sus críticas, simplemente porque no les gusta nada que venga de EE.UU.
En mi opinión, lo más importante no es la forma, el mensajero, ni de donde viene, que también… sino que el mensaje lo trae una paloma de la paz, entre tanta guerra. Acciones que deberíamos poner en práctica, en estos momentos, en cualquier rincón del mundo.
Amanda Gorman, nació en Los Ángeles hace 22 años. Estudió Sociología gracias a una beca en la Universidad de Harvard, es activista y poetisa. Hace unos años, fue nombrada “Joven poeta laureada nacional”, un título que se otorga a quien destaca en poesía. Es por eso que Jill Biden (que además de ser la mujer del nuevo presidente americano, ejerce de profesora de Literatura), le encargó que creara un poema para la ocasión. Dice Gorman, que el asalto al Capitolio le pilló en mitad de la escritura y que, aunque el horrible acto no le sorprendió, le inspiró a lanzar un mensaje de unión para el país y el mundo entero, en estos momentos tan difíciles.
En ella veo a una joven sabia, que ha aprovechado muy bien el tiempo y las oportunidades. Un aprendizaje reflejado tanto en su claridad de ideas, como en su labor académica y social. Además, es de un valor admirable, aprovechar dicho encargo para superar sus miedos y problemas de dicción. También para hablarle al mundo con esa soltura, ilusión y templanza, en un acto histórico tan importante para todos. Porque estamos “En un momento en el que una chica negra y flaca, descendiente de esclavos y criada por una madre soltera, puede soñar con convertirse en presidente, solo por encontrarse recitando para uno”, dijo Gorman.
Un poema realmente inspirador y emotivo que invita a reflexionar, desde el corazón y con humildad. Y que pone en valor el poder de las palabras, como herramienta de cambio. Os dejo algunas frases constructivas de “La colina que escalamos”, aunque al traducirlo al español, el ritmo y la rima varían considerablemente…
“Cuando llegue el día y nos preguntemos ¿dónde podemos encontrar la luz en esta sombra interminable?
Y sí, estamos, lejos de ser refinados e inmaculados, pero eso no quiere decir que no nos esforcemos por forjar nuestra unión con un propósito. Para componer un país comprometido con toda cultura, color, carácter y condición del ser humano.
Y así levantamos nuestras miradas, no a lo que se interpone entre nosotros, sino a lo que está delante de nosotros. Eliminamos la brecha, porque sabemos que para poner nuestro futuro primero, tenemos que dejar nuestras diferencias a un lado. Si vamos a estar a la altura de nuestro tiempo, entonces la victoria no estará en el acero, sino en todos los puentes que hemos construido. Porque ser estadounidense es más que un orgullo que heredamos. Es el pasado en el que nos adentramos y cómo lo reparamos. Porque mientras tengamos los ojos puestos en el futuro, la historia tiene los ojos puestos en nosotros.
Así que, mientras nos preguntamos ¿cómo podríamos prevalecer sobre la catástrofe? Ahora afirmamos ¿cómo podría la catástrofe prevalecer sobre nosotros? No marcharemos de vuelta a lo que era, sino a lo que será. Un país herido pero íntegro, benevolente pero audaz, feroz y libre. Nuestra inercia e inacción, serán la herencia de la nueva generación. Nuestros grandes errores se convertirán en las cargas de nuestros hijos. Pero una cosa es segura, si unimos la misericordia con el poder y el poder con los derechos, el amor se convierte en nuestro legado y el cambio, en un derecho de de nuestros hijos.
Así que dejemos un país mejor que el que nos dejaron. Levantaremos este mundo herido para que sea extraordinario. Reconstruiremos, reconciliaremos y nos recuperaremos.
Y cuando llegue el día, saldremos de la sombra en llamas ardiendo y sin miedo. El nuevo amanecer florece mientras lo liberamos. Porque siempre hay luz si tenemos el valor de verla. Si somos lo suficientemente valientes para serla”.
Extracto del Poema “The Hill We Climb” by Amanda Gorman. 20 de Enero de 2021
Si quieres ver el poema entero, puedes hacerlo aquí
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