Siempre me ha gustado esta estación del año y más cuando después de unos días “oscuros”, empiezas a ver la luz al final del túnel…
Ayer se celebraba el Día de Pascua y en California después de ir a la iglesia, la familia y los amigos acostumbran a reunirse para hacer una comida primaveral, en la que los niños y los huevos son los protagonistas indiscutibles. Fuimos a casa de unos amigos y en el menú no faltaron frutas, verduras y flores de primavera, huevos y dulces. El día soleado contribuyó a crear la atmósfera perfecta y alegre de aire de fiesta y la cocina se convirtió, como siempre, en el centro del evento. Un olor a fresas, limones recién cogidos, lavanda, menta y albahaca se mezclaban entre conversaciones en distintos idiomas o “prueba este mojito a ver si está bueno”. El resultado, como todo lo que se hace con cariño, no pudo ser mejor, además de la aportaciones culinarias de las distintas culturas.
Tostadas de queso con miel, fresas y lavanda, ensalada de col con manzana, espárragos trigueros con jamón…
El aroma de la ensalada de fresas y mandarinas se confundía con el olor de la buganvilla…
El salmón con albahaca también estaba muy rico y no podía faltar una tortilla de patata española entre tanto huevo!
La mousse de maracuyá estaba divina…
Y la tarta casera de zanahorias y pistachos decorada con flores naturales, espectacular…
Los niños lo pasaron muy bien dibujando en el suelo y decorando huevos…
Buscando cascarones y rompiéndoselos en la cabeza. (Si quieres saber cómo se hacen estos divertidos huevos pincha aquí).
Y nosotros pasamos un día estupendo, recibiendo a la primavera, libres y felices.
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