Este fin de semana, 15 mujeres estuvimos resguardas de la lluvia y el frío invernal, creando y reflexionando sobre nuestra condición femenina, con motivo del Día de la Mujer.

Partimos de la figura de Frida Kahlo, artista controvertida, mujer contradictoria y símbolo feminista. Logró hacerse un hueco en un mundo de hombres, desafiando los estereotipos femeninos de la época. Defendió la libertad de las mujeres, reflexionando sobre temas tabú, como la sexualidad, el aborto o la maternidad. Se convirtió en activista política, social y medioambiental, defendiendo sus raíces y los derechos de los indígenas. Reivindicó el papel de la mujer en la sociedad, rompiendo los cánones del arte masculino. Fue en un ejemplo de valentía, fuerza y resiliencia, primero como modelo y después mito. Su independencia pareció desvanecerse frente a su sufrimiento y vulnerabilidad, cuando se enamoró de Diego Rivera. Pese a todo, logró reponerse, una y otra vez, y convertirse en lo que ella quería ser. Desafió todas las modas, pero hoy, más de 60 años después de su muerte, sigue siendo un icono para las nuevas generaciones.

Hemos avanzado mucho, pero todavía queda por hacer:
1. El mundo está desequilibrado porque sigue siendo muy masculino. Las mujeres formamos parte de la mitad del planeta pero no estamos representadas al 50%. Todavía hay demasiados hombres en puestos de poder. Presidentes, ministros, directores de organismos y empresas…
2. Más creación y menos destrucción. Desde pequeños nos enseñan a “ser el mejor”. A compararnos con el de al lado, en vez de crear lazos de cooperación entre iguales. En el colegio, en el deporte, en concursos y juegos infantiles, en videojuegos… una violencia exagerada nos lleva a la destrucción y a cualquier guerra. Debemos formar personas creativas y no destructivas. Desarrollar su pensamiento y habilidades a través de la filosofía, la historia y disciplinas artísticas. La formación académica es importante, pero también lo son las humanidades, los valores y la gestión emocional.
3. Cada vez que una mujer defiende a otra mujer, se defiende a sí misma y a todas. Que no me haya ocurrido a mí, no significa que no exista. A veces es más fácil vernos reflejadas en lo que le ocurre a otra persona.
4. Amor de verdad no es el que eclipsa y ata a la mujer. Es el que la hace brillar y da alas para volar.
5. Sin conciliación, no hay igualdad. Hace falta corresponsabilidad. La igualdad de género tiene que ver con la justicia y es un tema social.
6. La brecha salarial se acentúa con la maternidad y los cuidados. La solución no es dejar de tener hijos, sino valorar y apoyar la maternidad con medidas reales de conciliación. No existe una legislación fuerte que proteja a las mujeres y a las madres, para cuidar con dignidad. Que no convierta la renuncia en la única solución y la conciliación en un privilegio pagado.
7. La sociedad sigue siendo machista. Hombres, mujeres y niños seguimos siendo machistas cuando exigimos más a una mujer que a un hombre y a una madre más que a un padre. Muchas madres dan del 1 al 9, pero no lo valoramos y les exigimos del 9 al 10. La perfección. Seguimos luchando por no ser perfectas, sino iguales.
8. La maternidad es clave para la evolución de la humanidad. Sin embargo, la mujer es menospreciada por la edad y su condición de madre, sobre todo en el ámbito laboral, cuando son un plus de experiencia y sabiduría.
9. La voz de las mujeres en el arte puede cambiar el rumbo de la historia. Y servir de ejemplo para sentirnos identificadas y seguir avanzando.
10. No estamos solas, estamos juntas. Las mujeres unidas podemos cambiar el día a día de nuestra sociedad y del mundo entero.

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