El cáncer de mama, a menudo silencioso, es el más frecuente entre las mujeres. Por eso son tan importantes las revisiones periódicas, la prevención y el diagnóstico precoz. Hoy en día existen tratamientos muy efectivos, pero hay que seguir concienciándonos e investigando.
Cada vez más mujeres ganan la batalla, pero no basta con estar curadas. La incertidumbre, la tristeza, el miedo o el rechazo, a menudo se instalan en el hueco que dejó su pecho. Abrazar(se), aceptar(se), apoyar(se), se vuelven fundamentales para recorrer un duro camino de reconstrucción física, anímica y mental. Las mujeres mastectomizadas, inician un viaje no sólo para recuperar su mama, sino también su corazón.
La sociedad no lo pone fácil. El pecho es un icono femenino y sexual, desde la lactancia hasta las relaciones de pareja. Su extirpación sigue estigmatizando, culpabilizando y haciendo que muchas mujeres se sientan incompletas.
La escritora e ilustradora gallega, Victoria Francés, nos cuenta con su asombroso álbum ilustrado “El corazón de Arlene”, ese camino de búsqueda tan difícil y complejo. Lo hace desde las cicatrices que tenemos los humanos en general y las mujeres en particular. Las que nos recuerdan con nostalgia, el dolor de lo vivido, pero también que seguimos estando vivos. Comprendamos, aceptemos, abracemos y hagamos bellas esas cicatrices, como lo hace ella con su arte.
Dice la escritora en el epílogo del libro que “en la diferencia es donde reside la auténtica belleza” y yo también lo creo. De ahí su obsesión por mostrar las heridas, la soledad y el aislamiento.
En esta ocasión, lo hace a través de Arlene, una muñeca inspirada en el universo “Dollfie” de la cultura japonesa. Un mundo de bonitas marionetas que nacieron de la mano de Akihiro Enku. Sus expresiones melancólicas, junto con su sistema de cuerdas y articulaciones, recuerdan a las muñecas de porcelana del siglo XIX.
Hoy, en el Día del Cáncer de Mama, recordemos que seguimos siendo mujeres, nos falte un brazo, una pierna, los ovarios, el útero, un pecho o los dos. Las cicatrices son el recuerdo de algo que tuvimos y enfermó, de las heridas o el dolor. Igual no somos las mismas, evolucionamos cada día, pero nuestra esencia femenina sigue conservándose en lo más hondo de nuestro corazón.
Speak Your Mind