“El Mercurio” en vacunas, pescados y empastes

En EE.UU. y sobre todo en California, existe desde hace unos años y más últimamente, bastante controversia con el tema de los empastes bucales, las vacunas y la ingesta de determinados tipos de pescado en embarazadas y niños. Todo parece apuntar al mismo culpable: El Mercurio.

Este fin de semana se estrenaba en Los Ángeles el documental “Evidence of Harm”. Narra la vida de tres ciudadanos estadounidenses que se convierten en defensores de la salud después de sufrir los efectos de los vapores de mercurio generados durante procedimientos dentales rutinarios. Un retrato inquietante de una industria que sigue mirando para otro lado, ante los más de 120 millones de estadounidenses que actualmente llevan empastes dentales de amalgama de mercurio. (Se puede ver durante esta semana en los cines Laemmle).

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En los últimos años, los casos de autismo entre los niños estadounidenses pasaron de 1 en 10.000 en 1987 a 1 en 166 en la actualidad. Coincidió con un nuevo calendario de vacunas en el que se suministraban varias a la vez después del nacimiento o en los primeros meses. La mayoría contenían un conservante llamado “timerosal”, que incluía una cantidad de la toxina de mercurio.

MERCURIO-LIBRO

El periodista David Kirby, escribió hace unos años “Evidence of Harm: Mercury in Vaccines and the Autism Epidemic: A Medical Controversy” (disponible en Amazon). Un libro en el que trata lo que muchos padres, médicos, funcionarios públicos y educadores han llamado una “epidemia” de los niños afectados. Niños sanos que empezaron a tener un comportamiento alterado, a menudo acompañado por una enfermedad física grave. Alarmados por los niveles de mercurio en el calendario de vacunas, estas familias buscaron respuestas en los médicos, la ciencia y las compañías farmacéuticas. Algunas asociaciones médicas lo niegan, pero otros médicos e investigadores si que creen que el aumento del autismo y otros trastornos como el TDAH, están vinculados a niveles tóxicos de mercurio que se acumulan en los sistemas de algunos niños. El libro compromete a gobiernos, organismos de salud y a la industria farmacéutica. (Podéis ver un artículo sobre esto en el New York Times).

Durante los últimos 15 años, varias instituciones médicas analizaron el tema y concluyeron que no existe ninguna relación entre el autismo y la exposición al timerosal, pero el conservante se ha retirado de muchas vacunas infantiles… Algunos activistas de la salud cuestionan estos resultados y sostienen que los gobiernos han conspirado junto con los fabricantes de vacunas para ocultar la verdad acerca del timerosal y el autismo.

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En España también hay controversia. Las familias de la Asociación para vencer el autismo de Barcelona piden desde hace años que se estudie el efecto del mercurio, ya que muchos de sus hijos con trastornos de comportamiento tienen altos índices: http://www.elmundo.es/cronica/2004/437/1078148137.html.

El Instituto Biológico de la Salud en su seminario “La amalgama, el veneno en la boca” explica muy bien los efectos de este tipo de empastes (es de hace unos años pero la información es muy interesante): http://www.institutobiologico.com/seminarios/amalgama.htm.

Desde la Asociación Española de Pediatría aseguran que las vacunas infantiles en España ya no contienen “tiomersal” y las que lo incluyen es en cantidades ínfimas (trazas). Sólo los preparados multidosis frente a la Gripe A lo tienen, ya que el compuesto mercurial que se emplea como preservante y antiséptico es difícil de sustituir en este tipo de envases. Por otro lado, la mayoría de los dentistas en la actualidad, colocan empastes de otros materiales. ¿Pero qué pasa con los que nos pusieron hace años? Puede parecer que nadie se va a intoxicar por llevar unos empastes, pero dicen los expertos que tener 7 empastes equivale a 2 gramos de mercurio puro. Y al masticar, lavarse los dientes o fumar se va liberando en pequeñas dosis, depositándose en el organismo. Lo más peligroso es su manipulación, porque es cuando se producen vapores (por eso se deben retirar con ciertas medidas de precaución).

MERCURIO

La Organización Mundial de la Salud nos recuerda donde está presente el mercurio: minas, pescados (los grandes como el atún, pez de espada, tiburón… contienen más), pilas, termómetros y barómetros, interruptores, lámparas y bombillas, amalgamas dentales (empastes plateados), cremas y cosméticos, vacunas y productos farmacéuticos. Y los efectos que produce su intoxicación: alteración del sistema nervioso, inmunológico, digestivo, respiratorio y renal. Temblores, insomnio, pérdida de memoria, dolor de cabeza… (Más info en: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs361/es/).

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Lo cierto es que en algunos países está prohibido el mercurio en los empastes y en las vacunas, pero en otros se sigue utilizando. Al margen de controversias, lo que está demostrado es que la exposición de mercurio es una amenaza para la salud y el medio ambiente.

Y yo, como madre me pregunto: ¿Por qué no nos dicen junto a lo de “esta vacuna es obligatoria”, contiene o no mercurio? ¿Si el “tiomersal” no es peligroso para la salud, porque lo han quitado de muchas vacunas? ¿Y si lo es, por qué no lo quitan de todas? ¿Si el mercurio no es perjudicial para la salud y el medio ambiente por qué hay que llevar las pilas a contenedores especiales? ¿Si lo es, por qué se sigue utilizando en los empastes? ¿Y deberían los seguros médicos pagar el remplazo de estos empastes si son dañinos para la salud???

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