Libros salvadores de almas

Contadores de historias. Palabras aladas que vuelan por el aire desde entonces hasta hoy. El lenguaje oral que utilizaban nuestros ancestros, mujeres tejedoras de historias y leyendas, cartas manuscritas, relatos digitales y en papel… pero siempre, entonces y ahora, seguiremos estando rodeados de libros salvadores de almas.

Mi abuela fue madrina de guerra. Ella y otras mujeres de su época que sabían leer y escribir, emprendieron la misión especial de enviar cartas a los soldados que luchaban en el frente. Algunas contenían historias sacadas de libros y otras inventadas, para hacer más llevadera la guerra civil española.

Mi madre fue maestra de escuela. Contadora de cuentos que escenificaba, para abrir las mentes y los corazones de sus pequeños alumnos. Mi padre despertaba la curiosidad de sus oyentes a través de las ondas sonoras de la radio. Hoy, yo continúo contando historias, en un intento, cada vez más difícil, de mantenerlas vivas.

LIBRO

Cualquier medio es válido para contar una historia. Los escribas se encargaron de escribir palabras en papel, en los primeros códices y manuscritos. Fue precisamente el clérigo riojano Gonzalo de Berceo, el primer poeta español que lo hizo. (Podéis leer aquí su historia). Después, con la imprenta, aquellos primeros libros manuscritos comenzaron a multiplicarse.

Hace apenas un año, la Federación de Gremios de Editores de España encargó a Irene Vallejo (premio nacional de ensayo 2020 por “El infinito en un junco”) un Manifiesto por la Lectura. El pequeño librito, acompañaba la petición de un Pacto de Estado por la lectura y el libro. Fue deseo de la autora que los derechos de autor que generara, se dedicaran al apoyo de proyectos e instituciones que fomenten la lectura.

“Somos seres entretejidos de relatos, bordados con hilos de voces, de historia, de filosofía y de ciencia, de leyes y leyendas. Por eso, la lectura seguirá cuidándonos si cuidamos de ella. No puede desaparecer lo que nos salva. Los libros nos recuerdan, serenos y siempre dispuestos a desplegarse ante nuestros ojos, que la salud de las palabras enraíza en las editoriales, en las librerías, en los círculos de lecturas compartidas, en las bibliotecas, en las escuelas. Es allí donde imaginamos el futuro que nos une”… dice Irene en su manifiesto.

Sí, la lectura nos cuida y los libros nos salvan. Son viajeros que unen el espacio y el tiempo. “El infinito en un junco” (una más que recomendable lectura, a pesar de ser un ensayo de casi 500 páginas), bucea a través de la historia de los libros de humo, piedra, arcilla, juncos, seda, piel, árboles, plástico y luz. De la Biblioteca de Alejandría a los papiros egipcios, de los talleres de libros manuscritos a las primeras bibliotecas públicas y después a las librerías.

Contadores de cuentos, escribas, vendedores ambulantes, maestros, sabios, espías, rebeldes, clérigos, monjas, esclavos, aventureros, escritores, editores, libreros, quijotes… Personas invisibles pero auténticos salvadores de libros y héroes en su hazaña de protegerlos.

LIBRO

La pandemia y el confinamiento han reafirmado que la cultura en general y los libros en particular, fueron, son y serán salvadores de almas. Creo que no he escrito ni leído tanto como este año, que pese a las enormes dificultades, nos ha regalado eso tan valioso que nunca tenemos: TIEMPO para reflexionar sobre aquello que queremos afianzar, mejorar y transformar, para seguir construyendo un mundo mejor. La lectura y los libros, son sin duda un pilar fundamental para la educación de los niños y nuestra salvación para calmar y perpetuar la evolución humana.

Feliz Día del Libro y Feliz Día de San Jordi a todos! Y un recuerdo especial para el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, que tantos buenos momentos nos sigue dejando…

Speak Your Mind

*

Mujeres que Vuelan