La verdad es que con esto de las Fiestas de San Isidro me han entrado unas ganas locas de comer barquillos… ¿Existe algo más típico, castizo y saludable que comerse un barquillo de Madrid?
Burbujeando en la red encontré a Julián Cañas, el último barquillero de la capital. Pertenece a la cuarta generación de “Los Cañas”, la única familia madrileña que ha mantenido generación tras generación el oficio de hacer barquillos de forma artesanal. Los hacen uno a uno, en su pequeño obrador del barrio de Lavapiés, hasta 500 diarios y sin colorantes ni conservantes, totalmente naturales.
Su padre, Félix Cañas “El Chungaleta”, le enseñó cuando era niño el secreto de hacer cubanitos, parisien, oblea, corto y cono… a cargarlos en “la barquilla” y a venderlos en las verbenas con gracia y salero, gritando a los cuatro costados: “Al rico barquillo de canela, para el nene y la nena, son coco y valen poco, son de menta y alimentan, de vainilla ¡qué maravilla!, y de limón que ricos son! Los venden en el Rastro, en el Retiro, en La Plaza de Oriente, en la Plaza Mayor…
Un duro oficio que se ha ganado el cariño de los madrileños, y aunque no se le da el valor que se merece, este barquillero tiene un sueño: venderlos en las tiendas como un producto artesanal típico madrileño y poder seguir manteniendo esta bonita tradición del “arte de hacer barquillos”.
Receta de Barquillos Caseros:
Ingredientes:
15 g de mantequilla
50 g de harina
2 claras de huevos
100 g de azúcar en polvo
50 g de mantequilla
2 o g de vainilla
Elaboración:
1.Calienta el horno y engrasa las bandejas con mantequilla fundida.
2.Pon las claras en un cuenco, añade el azúcar y bátelas hasta que queden espumosas.
3.Funde 50 g de mantequilla, tamiza la harina, mezcla ambos ingredientes, añade las claras y la vainilla.
4.Extiende la mezcla en forma rectangular sobre las bandejas del horno y hornéalas de dos en dos de 7 u 8 minutos, hasta que queden doradas.
5.Deja reposar las láminas 2 o 3 segundos y sepáralas de la bandeja con una pala.
6.Coloca las láminas invertidas sobre una superficie lisa y pon un lapicero en uno de los extremos. Enrolla el barquillo alrededor del lápiz y déjalo enfriar sobre una rejilla.
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