El vuelo de las libélulas

Las libélulas, son unos de los insectos más antiguos, rápidos, curiosos y sorprendentes del reino animal. Pueden volar hacia adelante o hacia atrás. Subir o bajar en vertical. Girar en el aire sobre su propio cuerpo. Detenerse en mitad de la nada, flotar… y alcanzar una velocidad de 85 km/h. 

Más de 5.000 especies sobrevuelan el mundo. Son capaces de copular mientras vuelan unidas. Después, las hembras buscan un lugar tranquilo entre la vegetación de algún río, meten su abdomen en el agua y realizan la puesta. Pueden poner hasta 500 huevos de una vez, que tardarán un largo tiempo en transformarse en libélula.

libélula

Así comienza uno de los procesos más bonitos, largos, intensos y arriesgados de la reproducción animal. La Metamorfosis de la ninfa en libélula, puede tardar hasta 5 años y 15 mudas ninfales en convertirse en un ser distinto. Los humanos, podemos tardar incluso más. Pero como ellas, un buen día abrimos nuestras alas y nos lanzamos a un torpe vuelo cargado de dudas. 

Después, la libélula fortalece sus alas y patas. Se convierte en una cazadora incansable, frágil y letal a partes iguales. Uno de los mayores espectáculos de la naturaleza, es la batalla a muerte entre una libélula y una mariposa. Si la libélula sobrevive a sus depredadores, volverá a reproducirse y a comenzar de nuevo el ciclo de la vida

La vista es su sentido más desarrollado. Sus ojos se componen de más de 30.000 diminutas caras hexagonales, cada una con su propia retina y cristalino. Gracias a esto, la libélula es capaz de tener una visión de 360 grados, sin girar la cabeza. Utilizan sus patas para sujetarse cuando hay fuertes rachas de viento y atrapar a sus presas.

Japón es uno de los países del mundo donde más aprecio existe por las libélulas. Su fascinación por este insecto se remonta a la época de los samuráis. Llevaban armaduras con grabados de libélulas, ya que simbolizaban la victoria y el poder.

Los Nativos Americanos también adoraban a estos insectos. Los consideraban un símbolo de pureza, felicidad y velocidad. Además creían que se alimentaban del viento.

Leonardo Da Vinci tenía tal capacidad visual para captar el movimiento, que fue capaz de observar las características del vuelo de las libélulas. Según sus anotaciones: «la libélula vuela con cuatro alas y cuando las del frente están elevadas, las traseras están bajadas”… 

Si quieres saber qué relación existe entre el vuelo de las libélulas y la sonrisa de La Mona Lisa, lee aquí mi artículo entero: https://www.womanessentia.com/punto-de-vista/woman-essentia/la-sonrisa-de-la-mona-lisa/

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Mujeres que Vuelan