Mujer, que nadie te corte las alas

Una mujer puede volar alto, si desde que nace, nadie le corta las alas (incluida ella misma) y se dan las condiciones propicias para el vuelo.

Atreverse a arrancarle las alas a una niña o una mujer, sobre todo cuando está aprendiendo a volar, es un acto de cruel cobardía. Para ella, si consigue sobrevivir, quizá se convierta en una experiencia traumática que le impida remontar el vuelo. O que durante un tiempo se sienta herida y enmudecida. Pero con trabajo y perseverancia, sus alas pueden brotar de nuevo con más fuerza.

Intentar boicotear los logros conseguidos por las mujeres, en su esfuerzo diario y sin descanso por la igualdad de derechos, solo denota miedo e impulsa a volar más alto. Los pájaros, cuando tienen que emprender un largo recorrido, vuelan juntos, porque es mucho más fácil volar unidos.

“Sueño con ese momento en el que TODAS las mujeres puedan volar alto. Con viento en contra o a favor, seguras de sí mismas y sin temor. Sabiendo que aunque sus alas se quemen con fuego, volverán a nacer de nuevo“.

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Mujeres que Vuelan