Más AMOR y menos guerras

Hoy se celebra el Día del Amor y la Amistad, que va más allá de regalarse bombones y corazones por San Valentín. En España es el Día de los Enamorados, pero en cada país se festeja de una manera.

En California, los niños en las escuelas regalan tarjetas a sus compañeros con dedicatorias, agradeciéndoles su amistad. Ojalá sea una semilla para fomentar el amor desde pequeños. Las calles y las casas también se llenan de mensajes de buenos deseos entre familiares y amigos. Es un día donde la gente se escribe lo que no se dice.

En la Bahía de San Diego, se encuentra esta escultura llamada “Unconditional Surrender”. Su escultor, Seward Johnson, se inspiró en la popular fotografía que Alfred Eisentaedt tomó en Times Square. “El Beso” del marinero y la enfermera dio la vuelta al mundo y simbolizó el final de una guerra.

A mí me inspiraron las dos (la escultura y la fotografía), para escribir una historia de amor universal. Empieza en España con una carta de amor entre un soldado y una madrina de guerra y acaba en California con una carta de amor de una madre a su hijo.

“Desde la cubierta de aquel inmenso portaviones, observamos a lo lejos la estatua de unos ocho metros de altura. Representaba a un soldado y a una enfermera dándose un beso. Recordé la famosa foto de la pareja besándose en la plaza de Times Square de New York. Fue en 1945. Había terminado la Segunda Guerra Mundial y un soldado eufórico besaba a una enfermera para celebrarlo. El fotógrafo los retrató. Nadie sabía quienes eran los protagonistas de aquel beso, pero dio la vuelta al mundo convirtiéndose en un icono americano.

Aquella estatua que los tres miramos con atención, representaba el final feliz que EE.UU. siempre buscaba. En esta ocasión para olvidar el amargor de la guerra. Estaba rodeada de cerezos japoneses bajo los que paseaban turistas, curiosos y parejas de enamorados dispuestos con sus besos a bombardear los corazones. Me recordó a las historias de amor de las madrinas de guerra y los soldados españoles… y a la de mis abuelos”. Mujeres que viajan en burro

Hoy, muchos años después, continúan las guerras. Sueño con ese día en el que el AMOR triunfe sobre el odio y acaben los conflictos armados. En que el único poder sea el de amarnos unos a otros. El de construir y no destruir. El mundo necesita más AMOR y menos guerras.