“Mujeres que viajan en burro” en el Ateneo

La semana pasada mis “Mujeres que viajan en burro” llegaron al Ateneo de Madrid, cansadas pero felices de haber conseguido tal hazaña.

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Fue un momento muy emocionante y un honor para mí que, después de un año de aventuras, el libro descanse en las estanterías de su Biblioteca y forme parte de su colección.

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El encuentro se convirtió en triple celebración de Aniversario, con motivo del Día de la Mujer y la presentación de la Cuarta Edición. El mejor broche de oro. Agradecida a la Docta Casa y a Sara Cantó, por darnos su bienvenida y cálida acogida.

En el coloquio intervino, además, mi editora Cristina Pineda (Fundadora de la Editorial Tres Hermanas) y Teresa Pizarro (Aromaterapia Sublime) leyó algunos párrafos de la novela. Interesante la dinámica que se creó entre todas, hablando del libro desde diferentes ángulos.

La Sororidad entre mujeres. Sara recordó que Unamuno ya habló de sororidad, allá por 1921, en el prólogo de “La tía Tula”. Aunque no fue hasta 2018 cuando el término apareció en el Diccionario de la Real Academia. Este es sin duda el tema principal del libro. La necesidad de apoyo entre mujeres, sobre todo en momentos vulnerables, como los procesos migratorios y maternales.

Los Espacios Femeninos. Por mi parte, hablé de la importancia de los espacios exteriores e interiores en la historia. El Pacífico es el escenario de fondo, que pasa de la calma a la tempestad, al igual que sus protagonistas. Las piscinas y “el agua” como elemento purificador. El desierto como vía de escape y el bosque, una metáfora del viaje interior. Los lugares abandonados sirven para detonar la catarsis. Los espacios interiores, en especial las cocinas, vinculan lugares y personajes, abuelas y nietas.

La Maternidad. Cristina hizo hincapié en ese viaje a la maternidad que permanece latente dentro del libro. De la manera en que la sociedad juzga continuamente a mujeres y madres. De la necesidad de conciliar y redimir la culpa. Temas también presentes en el libro.

Respeto y diversidad. Teresa resaltó la importancia de respetarnos como mujeres, unas a otras. De querernos a pesar de los desencuentros y enriquecernos con las distintas opiniones, aunque no las compartamos.

Se generó el debate sobre estos temas y la necesidad de un Feminismo Conciliador e Integrador.

Después de la charla, varios escritores ilustres (la mayoría hombres) nos miraban desde la sala de retratos. Por suerte, ya descansan los cuadros de algunas escritoras acompañando a Doña Emilia Pardo Bazán, la única mujer retratada hasta hace poco. Vendrán más.

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Yo me fui feliz y con ganas de seguir escribiendo, para “poner en su sitio” a las Mujeres y a la Maternidad.

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Mujeres que Vuelan