“Mujeres que viajan en burro” llegan a La Mancha

Y a La Mancha hemos llegado… en burro! Seguimos de periplo con el libro, esta vez adentrándonos en el mundo rural, con la intención de dinamizar los pueblos. Manolito estuvo un rato observándolo con atención. Me dijo que no podía estar más de acuerdo con aquello de “viajar despacio y ligero de equipaje”. Parece que a los burros del “Molino El Blanco” (Carrascosa de Haro) también les gustan los libros.

El fin de semana pasado estuvimos presentando el libro en un lugar de La Mancha de cuyo nombre sí quiero acordarme: Hontanaya. Un pequeño pueblo de Cuenca perdido en mitad de la estepa castellana, entre girasoles, amapolas, olivos y viñedos, donde todavía queda algún que otro Quijote… ¿Quién nos iba a decir, querido Sancho, que íbamos a acabar perdidos en La Mancha buscando burros y molinos?

Pasamos una tarde entrañable, hablando de mujeres, de viajes y de burros. Gracias a todos los que nos acompañasteis con tanto entusiasmo y a los que organizasteis tan estupenda velada. En especial a Goyita, Hilaria, Resti y Manuela por dar voz a esas abuelas y mujeres de la novela. A Pablo por la intro y la música. A Carlos por la increíble proyección audiovisual que ilustró este viaje. A Manoli por los pinchos de morteruelo, ajoarriero y queso con membrillo. Y a mi periodista favorito por organizarlo todo con tanto cariño y la Asociación Cultural El Cahorzo de Hontanaya.

Yo feliz de desviarme del camino fácil, de coger carreteras secundarias y caminos polvorientos para contribuir a dinamizar el medio rural. A que los libros salgan de las ciudades y lleguen a los pueblos, deseosos de aventuras, novedades e historias que profundizan en las raíces.

Dinamizar las zonas rurales, es volver a poblarlas de ideas e ilusiones, a desarrollarlas económica y socialmente.

No os perdáis la próxima parada en… Olmeda de las Fuentes!

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Mujeres que Vuelan