Ya volvieron las oscuras golondrinas a posarse en nuestro balcón… Afortunados somos de albergar su nido, porque no hay forma más bonita de sentir los días templados de la primavera que observando su vuelo y escuchando su canto.
La golondrina es el ave que mas ha inspirado al ser humano desde antaño. En la antigua Grecia, simbolizaban la clarividencia, ya que al dar de comer a sus crías (que nacen ciegas) comienzan a ver. En África es sinónimo de pureza, porque permanecen mucho tiempo en el aire y no manchan sus plumas con la tierra. En China simbolizan la felicidad dentro del matrimonio, pues son fieles a su pareja durante toda su vida.
Cuando los marineros divisaban una golondrina, sabían que la costa estaba cerca. Significaba para ellos el regreso al hogar sanos y salvos, ya que las golondrinas siempre vuelven a casa. Cuantas más golondrinas llevara tatuadas un marinero, más experiencia tenía navegando, ya que se las solían tatuar cada cinco mil millas náuticas.
Dicen que soñar con golondrinas es un buen augurio. Si entran en una casa es que es un hogar próspero y si anidan en ella, un símbolo de abundancia y felicidad.
En Abril, tras viajar por desiertos y océanos, vuelven al hogar anunciando el calor y la llegada de la primavera. Pueden recorrer más de 70.000 km cada año y pueden volar unos 200 km al día de una vez. Tienen una memoria sorprendente y son capaces de encontrar el mismo nido que utilizaron el año anterior e incluso donde rompieron el cascarón. Se emparejan para toda la vida y por eso simbolizan la fidelidad.
En primavera el macho vuelve a cortejar a la hembra. Es precioso verles reparar el nido del año anterior entre los dos, discutiendo entre bolitas de barro, hojas y plumas. La hembra suele poner entre tres y seis huevos que se rompen en verano, cuando nacen los polluelos, aunque no todos sobreviven. Vuelven a criar hasta 4 veces más y pueden llegar a vivir 11 años.
Actualmente, según el European Bird Census Council, la población de golondrinas ha descendido en Europa en un 30% en los últimos años. Los motivos: el abandono de las zonas rurales, el uso de insecticidas que acaban con los insectos que las alimentan, la disminución de nidos por la escasez de agua o su eliminación. El cambio climático también está provocando que los otoños sean más templados, los insectos vivan más tiempo y las golondrinas retrasen su viaje y mueran de frío.
¿Qué podemos hacer para que sobrevivan?
No utilizar insecticidas. Las golondrinas son el mejor remedio biológico contra las plagas de insectos. Se alimentan de todo tipo (una nidada puede consumir hasta 1 kg, ya que son alimentados unas 400 veces al día por ambos progenitores).
No destruir sus nidos. Además es una acción ilegal y según la normativa española y europea las multas pueden llegar hasta los 200.000€.
Y no olvidemos que el secreto de la buena convivencia entre “especies” es el respeto mutuo.
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