Cualquier época del año tiene su encanto particular, para apreciar la belleza de la naturaleza contenida en un bosque. Pero el otoño, por sus aromas y colores, es la estación perfecta para disfrutar de largos paseos por los bosques.
El término “Shinrin-Yoku” o baño de bosque, apareció en Japón en los años 80. Significa sumergirse en el ambiente natural del bosque. Para muchos de nosotros, los árboles tienen un significado especial y cada vez nos sentimos mejor en la naturaleza. Pero el Dr. Yoshifumi Miyazaki, de la Universidad de Chiba (Tokio), tiene la explicación científica:
Después de realizar varios estudios en los antiguos bosques japoneses de Yakushima, demostró: que un paseo de cuarenta minutos por el bosque, mejoraba el estado de ánimo, disminuía los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y fortalecía el sistema inmunológico.
Lo cuenta todo en su precioso libro: “Shinrin-Yoku”, Baños curativos de bosque. Os recomiendo la cuidada edición de la Editorial Blume, con bonitas fotografías de bosques y frases inspiradoras. En él, explica la importancia de conectarnos con la naturaleza para evitar enfermedades relacionadas con el estrés. La ciencia de la naturaleza como terapia, los distintos estudios realizados, el poder de las plantas y los aceites esenciales…
De un tiempo a esta parte, el “Shinrin-Yoku” se ha convertido en a medicina del siglo XXI. Desde el año 2004, el gobierno japonés ha invertido en la investigación sobre los efectos terapéuticos de los bosques. Diversos estudios científicos, avalan los beneficios de esta terapia forestal, ya que la exposición a la naturaleza tiene un efecto positivo sobre el sistema nervioso. Además, aumenta el nivel de adiponectina. Cuando esta hormona está presente en concentraciones bajas, puede estar unida a patologías como obesidad, diabetes, enfermedad cardiovascular y síndrome metabólico. También se ha demostrado que esta técnica terapéutica, puede reducir la tensión arterial, la agresividad, la ansiedad, la depresión y el insomnio. Por otro lado, fortalece el sistema inmunológico, aumentando las células NK, que combaten diversos tipos de infecciones e incluso tumores.
En Japón, cada año, entre dos y cinco millones de japoneses, realizan baños de bosque en centros oficiales de la Agencia Forestal de Japón. La sesión consiste en dos horas de paseo relajado por el bosque, activando los cinco sentidos, con ejercicios de respiración dirigidos por monitores. El fenómeno ya se está extendiendo a otras ciudades del mundo, en las que practica el senderismo, la ecoterapia o el excursionismo.
Otra de las técnicas en auge relacionadas con la naturaleza es el “Grounding”, o conectarse a la tierra. Esto no es nada nuevo ya que, desde pequeños, nuestro instinto nos empuja a tumbarnos al sol, respirar hondo en una montaña o caminar descalzo sobre la arena. Pero diversos expertos en biología celular, explican por qué: nuestra piel es un excelente conductor y la zona que más se conecta son los pies. La falta de este contacto tiene mucho que ver con el surgimiento de algunas enfermedades modernas. A veces es bueno pararnos a respirar, meditar y sentir, descalzos, la tierra bajo nuestros pies.
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