¡Qué necesario es soñar… dormido y despierto! Para liberar el cerebro de angustias y miedos. Para dar rienda suelta a la imaginación y a los deseos. Es en la fase R.E.M. cuando nuestros párpados, transforman su suave aleteo en intensa agitación y empiezan a soñar.
Indagar en el mundo de los sueños e intentar descifrar su simbolismo, es como meterte en un laberinto o resolver un acertijo.
Me vienen a la cabeza sueños divertidos y surrealistas o la peor de las pesadillas, en los que volcamos sentimientos y emociones conscientes e inconscientes. Esas que permanecen ocultas en nuestro subconsciente, pero que están ahí. Dispuestas a tocar a la puerta del cerebro en cualquier momento. A veces de forma inoportuna, pero siempre con la intención de llamar la atención o dejar algún mensaje. Unas veces son pequeños detalles, “disfrazados” o camuflados en la secuencia soñada. Otras, grandes monstruos que pretenden advertirnos sobre miedos y peligros reales o imaginados. Si bien el “escenario” puede resultar chocante y extravagante, a menudo nos muestra una situación real que no entendemos, en qué punto del camino estamos o qué sensaciones nos produce un hecho concreto convertido en “teatro” por un instante.
Soñamos mucho últimamente…
Supongo que el estar sometidos a tantas restricciones, fomenta los sueños donde ansiamos sobrevolar ciudades o abrazar personas quitándonos por fin “las máscaras”.
Cada día que pasa, mostramos más nuestro cansancio. Los expertos y los medios (que para todo tienen un nombre o una etiqueta), lo llaman “Fatiga pandémica”: cansancio producido por el mantenimiento prolongado en el tiempo de restricciones, falta de libertades, miedos e incertidumbres. Su efecto, se ha hecho notar con determinadas enfermedades o problemas de salud física y mental, como irritabilidad, dolores de cabeza, ansiedad, depresión, insomnio y trastornos del sueño.
Con motivo del Día Mundial del Sueño 2021, que se celebra hoy 19 de marzo, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica ha lanzado una serie de datos y recomendaciones. En torno al 30% de la población sufre algún síntoma de fatiga pandémica, que afecta más directamente a jóvenes y adolescentes, teletrabajadores y personas aisladas socialmente. Los problemas económicos, laborales, de conciliación, con familiares enfermos y el miedo al contagio, son los motivos más comunes.
Llevar un horario, un orden alimenticio y de descanso, hacer ejercicio o salir a tomar el sol, es fundamental para dormir bien. Durante el sueño, el cuerpo genera sustancias imprescindibles para el correcto funcionamiento de nuestro organismo: la melatonina regula nuestro reloj biológico. La hormona del crecimiento mantiene masa y fuerza muscular y controla la masa corporal. La hormona del estrés, el cortisol, activa también las defensas. La proteína BDNF protege el nervio auditivo. La Conexina-43 protege la vejiga y la Orexina regula la sensación de hambre.
Soñar y dormir más, es una de las mejores recetas naturales para estar sanos y “despiertos”, en un mundo que trata de “anestesiarnos”, día a día, por otros medios… Soñemos, dormidos o despiertos porque necesitamos sueños nuevos!
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