Cuando fuimos a vivir a EE.UU., tuve que hacer un “curso acelerado en supermercados”, porque acostumbrados a la buena calidad de la comida española, me horrorizaron aquellas estanterías plagadas de helados y galletas para niños, de sabores y colores imposibles. Y llegué a varias conclusiones: En California se puede comer muy sano, si lo buscas y lo pagas, pero no siempre lo mejor es lo más caro. Y no todo lo que comamos tiene que ser ecológico, aunque sí, lo más natural posible. Investigando, aprendí algunas cosas sobre alimentos procesados, conservantes, pesticidas, productos ecológicos y consumo responsable. El estilo de vida de las grandes ciudades, las prisas, la publicidad y la falta de tiempo, hacen que a menudo no nos detengamos a pensar antes de llenar la cesta de la compra, pero… ¿Hay algo más importante que lo que comemos a diario? A veces no es cuestión de dinero, sino de ser eficaces, cambiar prioridades, informarnos, no abusar de los productos precocinados y buscar alimentos frescos y saludables para nuestra familia.
Hace unos días se celebró “BioCultura Madrid 2018”, la 34 edición de la feria de productos ecológicos y el consumo responsable. Los más de 74.500 visitantes, demuestran que el interés en este sector está en auge, con más productos sostenibles de alimentación, cosmética y textiles, repartidos en 800 expositores. Showcooking, conferencias sobre agroecología, reciclaje… El “Festival MamaTerra”, con 450 actividades para familias, informó sobre alimentación, salud y vida sana. Conciertos como el de Trovadores de las 3 Culturas, pusieron la banda sonora a cuatro días ecológicos, donde conocer cosas nuevas, reflexionar y cambiar hábitos de consumo.
Lo fundamental es que las marcas sean transparentes, los organismos se encarguen de la regulación de los productos y que los precios sean más bajos. No me cabe duda de que una producción ecológica bien gestionada y el consumo responsable, ayudan a mejorar la biodiversidad, el cambio climático… y que hay enfermedades que pueden prevenirse llevando una vida sana.
Muy interesante la Jornada dedicada a la mujer, que bajo el título “Mujer Cíclica”, trató varios temas relacionados con las etapas vitales femeninas: fertilidad, maternidad y menopausia. Bienestar emocional y mental, Medicina tradicional china, Mindfullnes para familias, Creatividad y reconexión en la maternidad, Taller para afrontar la madurez femenina… Se impartieron conferencias de distintas realidades femeninas con problemáticas ancestrales: “Las mujeres Mapuche y su lucha por los derechos indígenas” en Latinoámerica y “Mujeres, Medio Ambiente y África”. El recital de Sara Habasha “Del este al oeste de África”, fue un viaje lleno de contrastes, con ritmos afroárabes, músicas cristianas de Etiopía, musulmanas de Sudán y animistas de Guinea Conakry. Por su parte, la cantaora Rocío Díaz, dio un concierto de estilos flamencos creados por mujeres a lo largo de la historia, para reivindicar su importancia en el flamenco. También hubo presentaciones de libros como éste que estoy deseando leer: “El baile de la vida en las mujeres. Un recorrido por nuestras etapas vitales al natural”.
Para los que queráis acercaros, BioCultura estará en otras ciudades españolas en 2019. Más info en: www.biocultura.org.
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