Las mujeres, al igual que las uvas y las flores, desprendemos cada una un color y un aroma diferente. Cuando nos juntamos, en armonía, se produce una sinergia especial, igual que ocurre con los aceites esenciales. Y es esa mezcla mágica y alquímica, lo que enriquece nuestros momentos y experiencias vitales.
Cuando desconectamos la mente, liberamos el alma. A través de la humildad, el amor, la verdad y la vulnerabilidad, la mujer hechicera aprende a experimentar, a compartir y poco a poco, se va convirtiendo en sabia.
Gracias, Teresa Pizarro, porque con tu Aromaterapia Sublime, guías estos talleres de mujeres tan originales, divertidos, necesarios e interesantes.
También a la aportación de todas las mujeres bellas, por dentro y por fuera, siempre dispuestas a compartir con gran ilusión y generosidad. De todo y de todas, seguimos aprendiendo a volar!
Somos mujeres. Somos tierra. Somos naturaleza. Feliz recogida de frutos sembrados y bienvenidos la lluvia y el viento de otoño. Esa estación de transición y cambio, que nos prepara para el recogimiento invernal.
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