Siempre es una maravilla volver a San Francisco. Es la segunda ciudad de EE.UU. con más calidad de vida (sólo por detrás de Honolulu). Da gusto respirar su aire puro y disfrutar de esa característica niebla mañanera, porque sabes que se irá disipando durante el día…
La ciudad es pequeña y asequible, pero siempre descubres algo nuevo. Famosa además de por el Golden Gate, por la Pirámide Transamérica, los tranvías que recorren sus empinadas calles, su arquitectura modernista y victoriana, el barrio chino, los vaqueros Levis, los terremotos, el Verano del Amor, el barrio Gay, la isla de Alcatraz, Silicon Valley, el Valle de Napa y Sonoma…
Lo más espectacular de San Francisco es el Golden Gate. Puedes dar un paseo por la bahía, alquilar un GoCar (coche-guía), hacerte una foto y cruzarlo en coche o andando, porque es impresionante. A los niños les fascina su color llamativo y dimensiones.
Visitar el Pier 39, con sus leones marinos, sus tiendas, restaurantes… un buen sitio para comer algo.
Montar en tranvía y disfrutar de las colinas de San francisco por sus calles empinadas.
Ver las “Painted Ladies”, estas preciosas casas victorianas restauradas, en Alamo Square.
El barrio de Ashbury todavía conserva su espíritu hippie del Verano del amor, aunque actualmente hay bastantes boutiques…
Reconocerás el barrio de Castro (la zona gay) por sus banderas de arcoíris, tiendas de diseño y galerías de arte.
Si vas con niños, les gustará darse un paseo por el tranquilo parque de las oficinas de “LucasFilm” y buscar la fuente de Yoda…
Y si tienes tiempo puedes ver un partido de béisbol en el espectacular AT&T Park (el estadio de los Giants), mientras disfrutas de las vistas de la bahía.
Esta es una de las mejores vistas de San Francisco, desde “TwinPeaks”.
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