Si por el día San Francisco es bonito (como os contaba aquí), por la noche es más si cabe, con sus casas, rascacielos y puentes iluminados. Puedes darte un paseo por el downtown, el distrito financiero… y ver la “Pirámide Transamérica” (el edificio más alto de San Francisco y el octavo del mundo) con sus 210 m de altura y sus 48 plantas encendidas, es una verdadera maravilla.
Me gustó el “Mission District”, un barrio hípster con un toque industrial, con sus tiendas gourmet, galerías de arte, bares de copas y restaurantes donde tomar buenos cocktails o cenar con los amigos.
Me llevé muy buen sabor de boca del restaurante donde cenamos, “Central Kitchen”, todo un descubrimiento donde pudimos degustar buena cocina californiana con un toque creativo (os hablaré de él otro día porque merece un post aparte).
San Francisco es maravillosa para pasear y disfrutar de sus puentes iluminados. El “Golden Gate” de noche, parece más dorado que nunca.
Pero ver cómo se encienden poco a poco, las luces del “Puente de la Bahía”, es sin duda disfrutar de una auténtica obra de arte en movimiento…
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