La Rioja no sólo es apreciada por sus estupendos vinos y gastronomía. También por su contribución a la cultura.
Ocurrió hace más de 1.000 años, en una cueva situada en la falda de una colina de la Rioja Alta, rodeada del precioso paisaje de la Sierra de la Demanda. Dicen que allá por el siglo XI, vivía un pastor llamado Millán, que se convirtió en monje y se dedicó a la oración.
A partir de un códice escrito en latín anota unas palabras en “lengua romance”: Las Glosas Emilianenses. Son las primeras palabras escritas del lenguaje hablado por el pueblo en algunas zonas de España.
Con el tiempo, la cueva se convierte en ermita, iglesia y monasterio (de estilos visigótico, mozárabe y románico). San Millán murió con 101 años y fue enterrado en este Monasterio de Suso (el de arriba), pero los milagros del santo cobraron tal fama que muchos peregrinos que hacían el Camino de Santiago, se desviaban para adorarle.
En el s. XVI, la comunidad había crecido tanto que tuvieron que construir el Monasterio de Yuso (el de abajo). Tiene un gran interés artístico y cultural por sus diversos estilos (románico, renacentista y barroco) y por la labor de los monjes en la producción de valiosos códices. Además, te puedes alojar en él.
San Millán de la Cogolla (el pueblo y los dos monasterios), fue declarado Patrimonio de la Humanidad por motivos artísticos, literarios y lingüísticos y se considera “la cuna del castellano” por la contribución de San Millán y estos monjes a la evolución del español, que ya hablan más de 500 millones de personas alrededor del mundo.
Si pasas por La Rioja, no dudes en visitar esta maravilla arquitectónica y cultural de nuestra historia, que se encuentra a tan sólo a 45 km. de Logroño. La paz que se respira allí es infinita.
Además, si vais con niños, hay actividades muy interesantes para explorar el entorno natural y cultural de los monasterios y talleres de creación de libros de la edad media.
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