En la época de nuestras abuelas se consumían es España por estas fechas, “dulces típicos tradicionales caseros”. La mayoría fritos y con abundante azúcar y harina, para “endulzar” la austera Semana Santa y suplir la abstinencia de comer carne durante la cuaresma.
Una especia de bacanal de mujeres enharinadas hasta las cejas, abuelas, primas, tías y hasta monjas, armadas con cuchillos, morteros y rodillos, se apoderaban de aquellas fantásticas cocinas de carbón, batiendo huevos, amasando harina y espolvoreando todo tipo de condimentos sobre la vieja mesa de madera.
Las cocinas empezaban a impregnarse del olor de los huevos, del azúcar, la leche y la canela… A llenarse de papel parafinado, placas de horno, moldes y todo tipo de utensilios para hacer repostería casera, “hecha a mano”, una a una y sin prisas. A los hombres se les prohibía la entrada, no ayudaban y estorbaban, aunque los “pequeños catadores” siempre eran “Bienvenidos a la cocina hecha con amor de la abuela”, siempre con una cucharada extra de azúcar.
Rosquillas de semana santa…
leche frita…
pestiños…
buñuelos hechos con buñueleras…
bartolillos madrileños rellenos de crema…
flores manchegas hechas con molde…
monas de Pascua catalanas…
Aunque sin duda las reinas de la Semana Santa eran y siguen siendo: “Las Torrijas”. Esa sencilla delicia de pan mojado en leche caliente, azúcar y canela…
Ha pasado mucho desde entonces, pero todavía aparecen humeantes en nuestra retina y en nuestro recuerdo. Nuestras abuelas desgraciadamente ya no están, pero por el camino de la ermita, conozco un sitio, donde continúan haciendo una a una, de forma artesanal y con los mejores ingredientes naturales, estas y otras dulces delicias. Se llama Pastelería “El Cristo” y está en la calle Samalar 18 de Logroño. Lo reconocerás por su olor. ¡Date prisa que se acaban!
Receta de torrijas para buenas anfitrionas:
1 barra de pan
1 litro de leche
2 cucharadas de azúcar
2 ramas de canela
4 huevos
Calentamos le leche con el azúcar y la canela hasta que hierva y se aparta hasta que temple.
Partimos el pan en rodajas de unos 2 cms y se baten los huevos.
Ponemos el pan en una fuente honda, lo cubrimos con la leche y después lo rebozamos con el huevo en aceite bien caliente, dándole la vuelta varias veces hasta que doren.
Cuando las torrijas estén templadas, las rebozamos en azúcar y canela.
Opcional: se le puede añadir un almíbar (azúcar mezclada con mosto, vino dulce o el ingrediente secreto de cada uno).
¿Y cuál es tu ingrediente secreto?
(Me han contado que en México hay un postre de Semana Santa muy parecido a las torrijas que se llama “Capirotada”. La elaboración es muy similar, pero se le añaden frutos secos).
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